La presidenta de la Asamblea General de Naciones Unidas, la ecuatoriana María Fernanda Espinosa, se despidió este lunes de su cargo en una rueda de prensa en la que mostró su deseo de que continúe su trabajo por la paridad de la mujer, la reversión del cambio climático y la defensa del multilateralismo.
La diplomática insistió en que si la ONU continúa profundizando en la agenda de "paridad de género y la igualdad de la mujeres" se sentirá "muy contenta y satisfecha".
"Si pudiéramos ampliar la campaña para combatir los plásticos de un solo uso y proteger nuestros océanos, estaría muy satisfecha", agregó la ecuatoriana que este lunes ocupa por último día la presidencia de la Asamblea, que el martes estará presidida por su sucesor, el diplomático nigeriano Tijjani Muhammad-Bande.
Pero además, Espinosa insistió en su despedida en que estaría "más que contenta" si se reforzara "la narrativa sobre el irremplazable papel de la ONU y del multilateralismo".
En este sentido, aunque reconoció "los déficits" del organismo internacional y que "por supuesto tenemos que mejorar en cómo hacemos las cosas", se preguntó: "Os imagináis el mundo de hoy sin Naciones Unidas, cómo sería, es impensable".
"No hay plan b, así que tenemos que actuar aquí y mejorar el trabajo" para poder hacer frente a cuestiones como los "refugiados, para la lucha contra el terrorismo" y para atender a "las víctimas de conflictos" que "desgraciadamente" son en mayor número niñas y mujeres.
Espinosa, que aseguró que las "mujeres de Latinoamérica" fueron su "inspiración" y su "fuerza", sobre todo en los momentos en los que se encontraba cansada, aludió a su responsabilidad como mujer de "dejar huella", porque oportunidades como la suya solo ocurren cada 10 o 15 años.
Espinosa fue la primera mujer latinoamericana en ocupar la presidencia de la Asamblea General, que se renueva anualmente, y una de las pocas mujeres que han ocupado este cargo en las siete décadas de historia de Naciones Unidas.
La diplomática ecuatoriana, que aseguró que también le hubiera gustado tener más tiempo para hacer más cosas, comentó que dejaba algunas cuestiones pendientes en la Asamblea como su revitalización, la mejora de los métodos de trabajo y de los mecanismos de responsabilidad y la transparencia.
Ante los periodistas, Espinosa, que no explicó los planes que tiene una vez deje la presidencia, ofreció también algunas cifras de su año en el cargo.
Entre otras, y según sus palabras, en el periodo 73 de sesiones, se aprobó un número récord de resoluciones, un total de 341.
Además, la agenda incluyó 178 cuestiones, nueve menos que en la anterior sesión de reuniones del organismo y resaltó que mantuvo 55 reuniones informales con los representantes de los países miembros en un nuevo formato impulsado bajo su presidencia.
Unas reuniones que como ella misma aseguró se han bautizado como "las mingas mañaneras", en referencia al término "minga" que en la lengua tradicional de Ecuador kichwa significa "trabajo colectivo".