Ni Beny Gantz ni Benjamín Netanyahu contarían con la mayoría suficiente para formar un gobierno en Israel con sus socios preferentes. Así se desgrana del sondeo a pie de urna que otorga un empate técnico a ambos candidatos, según ha informado la cadena estatal Kan.
Según estos primeros sondeos electorales, tanto el derechista Likud de Netanyahu como el centrista Azul y Blanco de Gantz lograrían unos 32 diputados. El bloque de partidos de derecha y religiosos lograrían 56 escaños, cinco menos de los que necesitarían para alcanzar una mayoría en una Cámara de 120 escaños; mientras que el centro y la izquierda se quedarían en los 54 escaños.
Israel celebró elecciones legislativas el 9 de abril pero desde entonces el primer ministro en funciones Benjamín Netanyahu no ha conseguido encontrar el pacto necesario para gobernar, informa Ana Garralda. Este martes, Israel ha votado de nuevo en unos comicios adelantados o una repetición electoral, según se mire, que supone un episodio inédito en la política del país.
Consciente de la potencial fuga de votos por la derecha y transmitiendo mensajes de impacto orientados especialmente al más de medio millón de colonos que residen en los asentamientos de Cisjordania y Jerusalén Oriental –que a pesar de no representar un gran porcentaje de la población, presentan un índice de movilización superior al de la media–, Netanyahu sacó dos conejos de su inagotable chistera política.
En primer lugar, convocando una conferencia de prensa para realizar un anuncio de "dramática importancia". En ella denunció la existencia de una nueva instalación nuclear clandestina iraní, colocando así la seguridad nacional en la cúspide de la pirámide de prioridades del conjunto de la ciudadanía. Si hay algo que une transversalmente a la inmensa mayoría de israelíes es el temor a que Irán se haga con el arma nuclear.