El primer ministro británico, Boris Johnson, intervino este martes por primera vez ante la Asamblea General de Naciones Unidas, con un peculiar discurso en defensa de la tecnología, en el que llegó a comparar la experiencia del Brexit con el castigo mitológico de Prometeo.
Arrancó Johnson su intervención diciendo que era habitual que el primer ministro británico fuera a Naciones Unidas y se comprometiera con la defensa de las normas de un mundo pacífico, con la protección de una navegación libre en el Golfo y con una solución de dos estados en Oriente Medio y agregó que se enorgullecía de ello.
Sin embargo, no habló de nada de lo anterior y centró su discurso en la importancia de la ética detrás del diseño de las tecnologías que están revolucionando el mundo y que pueden usarse tanto para fines positivos y de desarrollo como para ejercer opresión y control.
"Está en juego si conseguimos un mundo orweliano abocado a la represión, a la censura y al control o un mundo de emancipación, debate y aprendizaje en el que la tecnología acabe con el hambre y con las enfermedades pero no con las libertades", dijo el responsable británico.
En un breve discurso de quince minutos, sobre todo comparado con la mayoría de oradores que hoy participaron en la Asamblea, Johnson fue dando ejemplos de aplicaciones positivas y negativas de las tecnologías, como robots que ayudan a los ancianos o teléfonos que controlan nuestros movimientos.
"Los datos son ahora el petróleo de la economía mundial y no sabes quienes tienen los títulos de este nuevo crudo, quién decide cómo se utilizan estos datos, estos algoritmos", apuntó.
El jefe del Gobierno del Reino Unido también apuntó que es "un instinto humano tener miedo al avance tecnológico", pero se declaró totalmente en favor de estos progresos.
"Rechazo totalmente este pesimismo anticientífico. Soy optimista por naturaleza en cuanto a la capacidad de que la nueva tecnología nos ayude y que pueda rediseñar el mundo de manera milagrosa y benigna", dijo
Precisamente, en uno de los distintos cuadros que dibujó sobre la utilización buena o mala de la tecnología, el político conservador comparó la experiencia del Brexit con el castigo que sufrió Prometeo.
Tras declarar que "cualquier avance científico es un castigo de los dioses" explicó cómo Prometeo, tal y como asegura la mitología griega, llevó el fuego a la humanidad y, como castigo divino, fue encadenado "mientras que un águila venía a picotear su hígado una y otra vez para la eternidad".
Lo "que quizá pueda parecer la experiencia del Brexit en el Reino Unido si algunos parlamentarios se hubieran salido con la suya", comentó Johnson fuera del guión, antes de cambiar a otro tema, de defender el liderazgo británico en tecnología, insistir en buscar "un equilibrio entre libertad y control" y anunciar una próxima cumbre en Londres sobre estas cuestiones.