“No debería haberme ido, honestamente”, ha dicho el magnate este domingo durante un mitin en Lititz, Pensilvania: “Ahora, en cada mesa de votación hay cientos de abogados”
Harris, por delante en el bastión republicano de Iowa: la inesperada encuesta que abre la puerta a la derrota de Trump
El expresidente Donald Trump ha dicho que no “debería haber dejado” la Casa Blanca al final de su mandato después de perder las elecciones del 2020.
El comentario de Trump llega en medio de la campaña de los republicanos para agitar las teorías del fraude electoral de cara al martes, en caso de que Kamala Harris gane. Este sábado el Supremo de Pensilvania desestimó un recurso que presentaron los republicanos y que buscaba limitar el recuento de votos en este swing state. En los últimos días, Trump ha asegurado que en Pensilvania ya se están haciendo “trampas” en el proceso electoral, a pesar de que en este estado no se empieza a contar ninguno de los votos - ni los enviados por correo- hasta después de que cierren los colegios electorales.
La declaración de este domingo aún despierta más alarmas después de que Trump dijera en otro mitin en julio, que si ganaba las elecciones, no sería necesario volver a celebrar volver a las urnas. “Lo arreglaremos tan bien que no tendréis que votar”, dijo entonces el magnate a los electores cristianos. El comentario de Trump también resuena con las afirmaciones que hizo a algunos de sus asistentes pocos días después de perder las elecciones en 2020: que no iba a dejar el Despacho Oval.
Cuatro años después de perder contra Joe Biden, Trump aún sigue sin reconocer la derrota y no ha hecho más que seguir alimentando la falsa creencia entre sus seguidores de que las elecciones fueron “robadas”. Incluso su candidato a la vicepresidencia, J.D Vance, se negó a reconocer durante el debate de vicepresidenciables que Trump había perdido en 2020. El negacionismo de Trump acabó desencadenando en el asalto al Capitolio por parte de una turba enfurecida, la cual Vance describió como una “manifestación pacífica”. Algunas de las personas que ese día irrumpieron en el edifico amenazaban con colgar al vicepresidente Mike Pence, quien se negó a acatar las presiones de Trump para que no certificara el resultado.
Los demócratas hace tiempo que ya se preparan para un escenario donde los republicanos intenten revocar el resultado de este martes si pierden. Antes del asalto al Capitolio, el equipo legal de Trump interpuso decenas de denuncias contra los resultados y todas ellas fueron desestimadas en los tribunales. Tras la experiencia de 2020, el equipo legal de los demócratas es casi 10 veces mayor que en la campaña anterior. Según la cadena NBC, los altos funcionarios de Harris “esperan claramente” que Trump se declare ganador antes de que se hayan contado todos los votos y aseguran tener abogados en todo el país preparados para luchar contra las maniobras del partido republicano.
Igual que hizo uno de los ponentes en el mitin de Madison Square Garden, que calificó a Harris de “anticristo”, Trump ha descrito a los demócratas como partido “demoníaco”. A pesar de su habitual agresividad verbal, este domingo el magnate presentaba una voz ronca y se explicaba muy lentamente. La imagen, más que energética y vigorosa, era de cansancio. Durante el último mes en el último mes Trump ha llegado a cancelar hasta seis apariciones públicas con los medios, según recuenta la MNSBC. En algunas de esas ocasiones, según publicaba Politico, el equipo de campaña del republicano ha justificado las cancelaciones debido al “agotamiento” de Trump.