La agencia de ayuda al desarrollo USAid se ha convertido en el principal blanco de la campaña del multimillonario para purgar el funcionariado. Ese objetivo viene establecido en el programa ultraconservador 'Project 2025' que está aplicando Donald Trump
Elon Musk pasa a la acción: así se infiltraron sus acólitos en la mayor agencia de cooperación del mundo
El malestar entre los trabajadores federales empezó con un correo.“Nos pedían que señaláramos a nuestros compañeros que habían estado aplicando términos relacionados con las políticas de inclusión o igualdad (DEI).
El correo lo envió la administración de Donald Trump. Que el presidente tomara mediadas así era algo “esperable”, según Emily. Lo que nunca se imaginó es que Elon Musk, sin ningún tipo de cargo electo en el gobierno —más allá de liderar el grupo de trabajo DOGE— se abalanzaría contra la agencia donde ella trabajaba.
USAID se ha convertido en el campo de pruebas de la incursión de Musk dentro de las agencias federales. Después de asaltar la agencia de cooperación humanitaria, los colaboradores de Musk se han extendido a lo largo de toda la administración: dentro del departamento del Tesoro, de Educación y las agencias que supervisan los programas sanitarios de Medicare y el Medicaid.
En el Tesoro los “muskovitas” -como llaman a los colaboradores de Musk- lograron acceder al sistema de pago, que incluye información sensible como el número de la Seguridad Social de miles de estadounidenses. En cambio, cuando quisieron entrar al departamento de Trabajo el miércoles, se encontraron con una protesta de trabajadores federales.
Desde hace días la página web de USAID está cerrada y tan solo se puede leer un mensaje que informa sobre la suspensión de los trabajadores. El texto, inicialmente, decía que la medianoche del viernes se terminaría de decidir cuáles eran los funcionarios que se consideraba esenciales y cuáles eran puestos en licencia administrativa. El nuevo autoproclamado director de la agencia, el secretario de Estado, Marco Rubio, se adelantó a la fecha prometida y el jueves por la noche The New York Times publicaba que de los más de 10.000 empleados que hay alrededor del mundo, solo se mantendrían unos 290.
Sin botón del pánicoUna persona de USAID explicaba este martes a elDiario.es, bajo condición de anonimato, que las suspensiones había dejado a muchos trabajadores en regiones de guerra sin acceso a herramientas vitales para su seguridad, como el botón del pánico o las notificaciones sobre qué lugares evitar en tiempo real. Esta persona estaba en contacto con ellos para intentar ayudarlos a contactar con la administración, pues también habían sido expulsados de las comunicaciones internas y no pueden avisar al gobierno estadounidense en caso de necesidad.
Este martes, la administración notificó a los trabajadores destinados alrededor del mundo que tenían un plazo de 30 días para volver a casa si no se les consideraba esenciales. La incertidumbre es tal que no saben si siguen contando con la protección de Estados Unidos.
El 95% de la plantilla tenía que acabar con una licencia administrativa, si no fuera porque el viernes un juez federal bloqueó temporalmente la suspensión de unos 2.000 trabajadores. El tira y afloja entre Musk y los tribunales no ha hecho más que empezar. El freno judicial se anunció mientras en Washington se estaban quitando las letras que rotulaban la sede de la agencia. Otros sindicatos relacionados con USAID y los trabajadores de asuntos exteriores también han presentado recursos legales argumentando que los recortes son “inconstitucionales e ilegales”.
El miedo se ha convertido en la nueva realidad de los trabajadores de USAID, quienes intentan mantener el anonimato por temor ser el blanco de represalias. Emily no solo pide cambiar su nombre, sino que también prefiere no dar detalles de los programas con los que estaba trabajando. Igual que otras tres personas vinculadas con la agencia que han hablado con elDiario.es, todas quieren evitar el uso de determinadas plataformas de comunicación por lo que pueda pasar. Hablan de un “miedo tecnológico” en referencia a las alianzas de Trump con los multimillonarios de las bigtech, como Musk con X y Mark Zuckerberg con WhatsApp.
La versión oficial es que Musk quiere cerrar la agencia para recortar gastos, a pesar de que el presupuesto federal para ayuda exterior, dentro del que se engloba USAID, solo llega a representar entre el 0,7% y el 1,4% del total. Según recoge el Pew Research Center, durante el año fiscal de 2023 USAID tuvo un presupuesto de alrededor de 43,8 mil millones de dólares.
Lo cierto es que el programa utlraconservador Project 2025 sugería empezar la purga del funcionariado desmantelando USAID. El documento presentaba la remodelación de la agencia como un test para luego rediseñar a gran escala el gobierno federal. El objetivo sería adelgazar las agencias y lograr que los empleados federales tuvieran unas condiciones más flexibles que facilitarían el despido. “Se deben desradicalizar los programas y estructuras de USAID y basarse en las reformas conservadoras implementadas por la Administración Trump”, expone el texto.
El inicio del caosPara Emily, todo empezó a truncarse con el correo que la administración de Trump envió el 23 de enero pidiendo a las personas empleadas por el gobierno que señalaran aquellos compañeros que hubieran aplicado políticas de igualdad o inclusión. “Independientemente de tu orientación política, es realmente cuestionable que te pidan informar sobre tus colegas y amigos, sobre quién es leal y quién no. Eso no parece tener lugar en nuestro sistema democrático. Es una locura”, dice Emily.
Un día después del correo, saltaba la noticia de que Trump ordenaba congelar toda la ayuda exterior, algo que afectaba tanto a los programas impulsados como a la agencia independiente USAID. En esta congelación, los primeros en caer fueron los empleados como Emily, que trabajan vía empresas contratistas. Más allá de los funcionarios (civil servants), un buen grueso de USAID son empleados externalizados vía empresas. Es una realidad que se da tanto dentro de la sede de Washington como en todos los proyectos alrededor del mundo.
Emily recuerda esos días con incertidumbre y preocupación sobre lo que podría pasar con su trabajo “Estuvimos perdiendo acceso a todo tipo de información de manera intermitente”, expone. Justo cuando se cumplía una semana de la congelación, se le notificó que sería suspendida temporalmente a partir de este lunes. Solo en la empresa de Emily había unas 500 personas. “Casi todo el mundo está suspendido temporalmente”.
Expulsada del sistema sin notificaciónDespués de los contratistas, este martes fue cuando le llegó el turno a los funcionarios de USAID. Una trabajadora federal se encontró con que ya no tenía acceso al correo gubernamental ni a nada del sistema. Simplemente, la habían desconectado y no se le había notificado. “Ni siquiera creo que sea legal porque a nosotros se nos tiene que avisar con al menos 15 días de antelación”, comentaba. Esta persona explicaba que no sabía que iba a pasar y que había perdido la comunicación con la administración.
Otra persona de dentro de USAID, explica que para despedir a un funcionario federal es necesario pasar por un proceso y que no será tan fácil despedirlos. De hecho, el jueves un juez pausaba la fecha límite que había dado Trump a los funcionarios para decidir si aceptaban renunciar a su plaza a cambio de siete meses de sueldo, o bien se exponían a ser despedidos. La oferta es una estrategia del presidente para allanarle el camino a Musk en su tarea de recortar la plantilla, si los funcionarios no renuncian voluntariamente, al DOGE le esperan meses de batallas legales.
Esta misma persona también relata como aquellos trabajadores de USAID que aún no habían sido dados de baja temporalmente, habían tratado de poner en contacto a sus compañeros que ya habían sido suspendidos con recursos humanos. Muchos llevan días intentando obtener más información sobre su situación. Al haber cerrado la página web y haber expulsado a los trabajadores del sistema, es imposible obtener información sobre su situación laboral.
“Una organización criminal”Mientras tanto, la administración Trump está llevando una campaña de desprestigio y desinformación contra la agencia de cooperación humanitaria. La Casa Blanca envió un comunicado el tres de febrero lleno de afirmaciones falsas sobre el trabajo de USAID, vinculando el gasto de programas federales que ni siquiera había llevado a cabo la agencia. Por ejemplo, citaba que se habían gastado 70.000 dólares en un “musical DEI”, cuando el musical en cuestión en realidad fue pagado por el Departamento de Estado.
Por su parte, Musk lleva días señalando la agencia en las redes. “USAID es un nido de víboras de marxistas radicales de izquierdas que odian América”, escribía en un post, y en otro, acusaba la agencia de ser “una organización criminal”. Incluso insinuaba que los trabajadores que protestaban a las afueras de los edificios federales, cerca del Capitolio, deberían ser arrestados.