La titular de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible ha presentado su dimisión después de que el presidente Gustavo Petro incorporara a su equipo a un político acusado de corrupción y violencia de género
Susana Muhamad, ministra de Medio Ambiente de Colombia, ha puesto patas arriba el Gobierno del presidente Gustavo Petro. Muhamad fue una de las voces más críticas después de que Petro anunciara que Armando Benedetti, un viejo aliado de los gobiernos de derechas, se incorporaba como jefe de su gabinete.
En el Consejo de Ministros del 4 de febrero, retransmitido en directo, Susana Muhamad fue contundente: “Presidente, como feminista y como mujer, yo no me puedo sentar en esta mesa del gabinete, de nuestro proyecto progresista, con Armando Benedetti”. Petro, sentado durante el consejo al lado de Benedetti, lanzó duras reprimendas contra sus ministros. Les acusó de incumplir 146 de las 195 promesas del Gobierno.
El bronco consejo, lleno de acusaciones, provocó una profunda crisis en el Ejecutivo. Muhamad presentó su dimisión irrevocable el pasado 8 de febrero. La ministra sugirió en su carta que su mandato concluya el día 3 de marzo. Su salida se suma a la dimisión del ministro de Defensa, Velásquez Gómez, y del de Cultura, Juan David Correa, así como la de otros altos funcionarios. El día 9, Petro pidió la renuncia protocolaria a todos sus ministros y otros altos funcionarios del Gobierno colombiano.
Durante su gestión, Susana Muhamad prohibió el fracking, paralizó proyectos de minería con problemas de sostenibilidad y la extracción de pozos petrolíferos, consiguió la menor tasa de deforestación de los últimos 23 años, lanzó programas de reforestación masiva e incluyó a afrodescendientes, indígenas y campesinos en la lucha ambiental, entre otras cosas. Muhamad, reconocida por la organización Reuters Impact en 2023 como una de las 25 mujeres que lideran la lucha contra el cambio climático en el mundo, atendió a elDiario.es por videoconferencia desde su despacho ministerial.
Con voz calmada, reflexionó sobre su dimisión y reconoció que Petro considera a Armando Benedetti un aliado útil en la carrera presidencial de 2026. Aunque Muhamad figura en todas las quinielas como la candidata presidencial de la izquierda colombiana, prefiere no hablar de ello. La todavía ministra conversó sobre su legado, sobre la COP16 de Cali, sobre la COP30 de Brasil, sobre el regreso de Donald Trump al poder y sobre la postura colombiana contra la extracción de petróleo. Descendiente de palestinos, Muhamad agradece al presidente Petro su postura contundente contra Israel “frente al genocidio perpetrado por Israel en la Franja de Gaza”.
El pasado día 8 usted presentó su dimisión irrevocable al presidente Gustavo Petro. Entre todos los escándalos y procesos de Benedetti, ¿la denuncia de violencia de género contra él es la que pesó más en su decisión?
Con esas situaciones jurídicas y esos hechos, una persona que ahorita está enfrentando juicio en la Corte Suprema de Justicia por tráfico e influencias, siendo jefe de espacio del presidente, no genera garantías ni confianza. Es un mensaje contradictorio el empoderamiento político en el Gobierno de alguien que tiene investigaciones y casos por maltrato y violencia contra las mujeres. Uno de los temas claves que ha trabajado este Gobierno es la defensa de los derechos de las mujeres.
Armando Benedetti fue un aliado histórico de presidentes conservadores como Álvaro Uribe. ¿Conoce las razones del presidente para incorporar al Gobierno una figura como Benedetti?
Esa es una pregunta para el presidente. Lo que él ha manifestado es la necesidad de hacer un frente amplio en términos de enfrentar las elecciones de 2026. También, obviamente pasa por generar una mayoría en el Congreso de la República que permita avanzar las reformas sociales. El presidente ve en él una persona que puede ayudarle en este tema.
Usted ha sido reconocida Internacionalmente como una de las figuras más relevantes en cuestiones ambientales. La cumbre COP16 celebrada en Cali entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre de 2024 estuvo centrada en la biodiversidad. ¿Qué importancia tiene la biodiversidad frente al cambio climático?
La protección de la biodiversidad es un pilar igual de importante que la transición energética para mitigar los impactos del cambio climático en el siglo XXI. La COP16 fue la COP con mayor representación en la historia del sector privado, más de 3.000 representantes. Fue una COP de la gente, se hizo visible la necesidad de la participación social y política de los sectores que están enfrente del cuidado de la biodiversidad. Se trabajó en el reconocimiento de los pueblos afrodescendientes, en la creación del órgano subsidiario de los pueblos indígenas y comunidades locales, tal vez uno de los primeros acuerdos ambientales de Naciones Unidas en donde va a haber una participación directa de las comunidades locales y pueblos indígenas. Sobre todo, se creó el Fondo Cali, una nueva fuente de financiamiento para el cuidado de la biodiversidad a nivel multilateral. Falta otro paquete importante de decisiones que retomaremos en la plenaria en Roma a final de este mes.
Defiende que no se conseguirá parar la deforestación sin apoyo de las comunidades locales. Incluso tiene algunos programas como el “Conservar Paga” con campesinos y comunidades locales indígenas, que cobran por ayudar a mantener los bosques. ¿Cuál es la importancia de considerar a los habitantes de la selva como parte de la naturaleza?
Hemos perdido la noción de que somos parte de la naturaleza. La naturaleza no es un recurso para extraer, utilizar y procesar. El deterioro de los sistemas naturales está generando también una conflictividad que hace parte de la crisis mundial. Por eso ya Naciones Unidas ha considerado también que la crisis climática, que el deterioro ecosistémico, hace parte de las agendas de seguridad. 'Paz con la naturaleza' [consigna de la COP16] es la consigna para volver a reconectarnos en nuestro ciclo con los ciclos de la naturaleza y de recuperar esa relación que hemos perdido. Un mundo impulsado por combustibles fósiles generó una sociedad ignorante y separada de esos ciclos de la naturaleza.
Durante su mandato ha habido medidas contundentes contra proyectos mineros. ¿Hay que reducir la extracción de minería y, por consiguiente, cambiar modos de vida poco sostenibles para la propia supervivencia de la Tierra?
Nadie está diciendo que los minerales no son importantes en una sociedad industrializada, pero estamos ante una crisis ecosistémica. Son muy importantes las políticas públicas alrededor del reciclaje de minerales, la reutilización de lo que ya hemos extraído. En marzo, esperamos pueda ir al Congreso una nueva ley minera donde se conciba la minería no como una actividad extractivista para la exportación de los minerales, sino de forma estratégica para la industrialización del mismo país y la diversificación económica.
Sabemos que hay que hacer algo de minería, pero con un impacto ambiental más reducido, algo estratégico y no de extracción generalizada para el mercado de exportación. Los territorios quedan arruinados ecológicamente, ambientalmente, económicamente.
El presidente Petro y usted han mantenido una postura firme para parar la extracción del petróleo. El presidente Lula de Brasil intenta compaginar la extracción de petróleo y la transición energética, algo que le ha supuesto bastante críticas internas. ¿Es posible parar de extraer petróleo?
Hemos concentrado todo el esfuerzo en la reducción de emisiones, pero no en la frontera de la extracción. Entonces, el mundo y Colombia se han unido al llamado de un tratado de no proliferación de combustibles fósiles. Debería ser un marco internacional en donde ponemos realmente fin a la ampliación de la frontera extractivista y planificamos con las reservas actuales de petróleo del mundo el tiempo que necesitamos para la transición descarbonizada.
Desafortunadamente, estamos en la senda de triplicar las renovables, pero seguimos aumentando la extracción de combustibles fósiles. Estamos multiplicando la capacidad energética y no estamos descarbonizando a los niveles que se necesitan. Eso requeriría un pacto político internacional.
Justo en ese momento vuelve al poder en Estados Unidos Donald Trump...
Trump en el Gobierno de Estados Unidos tiene una lógica imperialista sobre los recursos. Va a generar una tensión geopolítica importante.
Colombia requiere una transición económica, diversificación. Este gobierno le ha dado mucha fuerza al turismo de naturaleza. La agricultura empezó nuevamente a ser jalonador del PIB en Colombia. Sabemos que el extractivismo va a terminar, porque el petróleo y el gas no son algo que tú siembras. Las reservas de Colombia no son gigantescas, tienen límites. Por lo tanto, esta diversificación es mucho más urgente en nuestra posición y hemos buscado la cooperación internacional, la respuesta internacional, que realmente ha sido muy poca y muy tímida.
En la COP29 de Azerbaiyán los países del norte se negaron a pagar la cantidad a la que se habían comprometido anteriormente para frenar el calentamiento global. Donald Trump acaba de sacar a Estados Unidos del acuerdo de París. ¿Es posible descarbonizar y evitar el cambio climático sin el norte global?
Evidentemente no es posible. Tenemos un revés con la salida de Estados Unidos, uno de los principales productores y emisores. Donde está realmente creciendo la frontera extractivista es en Estados Unidos. La política del presidente Trump va a darle toda la fuerza económica al aumento significativo de toda forma de energía. Los Gobiernos anteriores habían ya iniciado un plan de transición. Entonces, estamos en un momento muy difícil para el cambio climático.
Lo que estamos proponiendo es una alianza estratégica de varios países, entre consumidores y productores, para generar no un tratado universal, sino un tratado segmentado de un grupo, una masa crítica de países que generen un régimen económico de la transición. Y que esto se vuelva tan atractivo que otros se sumen. No veo la posibilidad de que acuerdos universales nos ayuden a salir del tema. Hay un mundo muy dividido al respecto. Mientras tanto la humanidad, pues va a seguir sufriendo el calentamiento global irreversible, la pérdida de biodiversidad, las consecuencias económicas, sociales, el desastre humanitario.
En noviembre se celebra la COP30 en Belén (Brasil), por primera vez en territorio amazónico. Se espera una afluencia masiva de pueblos indígenas. Colombia y Brasil han trabajado conjuntamente durante dos años para la secuencia COP16 de Cali y COP30 de Belén. ¿Qué expectativas tiene?
Vimos conjuntamente que dos años de convenciones ambientales en América Latina podían generar un liderazgo importante. Al ser la COP30 en la Amazonia generamos un mensaje fundamental para el mundo: la convergencia de la biodiversidad y el cambio climático. La conservación de un bioma estratégico como la Amazonia y la preservación de sus culturas, la gente en el centro de la paz con la naturaleza, es un pilar climático fundamental. Esperamos también que se pueda poner en marcha el fondo que propone Brasil para la protección de los bosques en pie. Este mecanismo financiero sería un hito muy importante en la perspectiva ambiental.
Una de las apuestas de Brasil ha sido colocar a Fernando Haddad (ministro de Economía) y a Marina Silva (ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático) trabajando juntos en cuestiones de bioeconomía, para destacar el valor de mantener la selva en pie. Por otro lado, un estudio reciente prueba que los territorios indígenas son responsables del 80% de las lluvias del sector agropecuario de Brasil, vía los ríos voladores. ¿Resaltar el aspecto económico de mantener las selvas y los bosques en pie es un camino?
Un porcentaje altísimo del agua de Suramérica depende de esa conexión andinoamazónica y de la salud de la Amazonia. Desde Colombia hasta Argentina, la necesidad y la importancia de la Amazonía es fundamental para el equilibro ecológico. Sin eso, América se quedará sin agua y esto tiene un impacto fundamental, no solo en el continente, sino en el planeta. La conservación del bioma amazónico. Belén de Pará podría ser un momento de quiebre en esta lucha contra el cambio climático en donde tenemos la conservación de la naturaleza, la restauración ecológica y la descarbonización de los sistemas energéticos.
Usted es descendiente de palestinos. ¿Le agradece al presidente Petro la postura contundente que ha tenido contra Israel?
Absolutamente, el presidente Pedro ha tenido una voz valiente, una voz muchas veces solitaria y una voz solidaria, que no solamente se ha traducido en el discurso, sino en las medidas concretas que el Gobierno y el Estado colombiano han tomado frente al genocidio perpetrado por Israel en la Franja de Gaza, incluyendo el bloqueo económico en la venta de carbón, incluyendo la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, incluyendo hacerse parte de la denuncia que inició Sudáfrica en la Corte Internacional de Justicia. Todo lo que hemos podido hacer se ha hecho y el presidente Petro precisamente ha estado en Medio Oriente. Se abrirá una embajada de Colombia en Qatar, también hay plan de abrir una embajada en Ramalá. Son ejes de solidaridad con el pueblo palestino.