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Así es el nuevo Gobierno de Siria: diseñado y controlado por el presidente islamista, con 22 ministros y una ministra

Así es el nuevo Gobierno de Siria: diseñado y controlado por el presidente islamista, con 22 ministros y una ministra

El primer Ejecutivo de la transición ha echado a andar con enormes retos por delante y con numerosas críticas por su composición, considerada por algunos poco plural y representantiva

Siria: de la euforia por la caída de Bashar Al Asad al recelo del nuevo Gobierno a un mes de las últimas masacres

Desde que tomaron el poder en Damasco el pasado mes de diciembre, tras expulsar al dictador Bashar Al Asad, los islamistas radicales de Hayat Tahrir al Sham (HTS) prometieron que Siria tendría a principios de marzo un gobierno que guiaría al país en la etapa transitoria.

Esa etapa fue fijada en cinco años en la declaración constitucional adoptada hace unas tres semanas y que sienta las bases de esta etapa.

Aunque con un poco de retraso respecto a la fecha prevista, el pasado 29 de marzo, el presidente Ahmad Al Sharaa –el otrora yihadista que lideró a los grupos armados que derrocaron a Al Asad–, anunció su gabinete en una ceremonia en Damasco, desvelando los nombres de los 22 hombres y una mujer que integran el primer Ejecutivo de la nueva Siria y que hacen frente a enormes retos y muchas críticas desde el primer momento. 

Ante todo, el Gobierno no está encabezado por un primer ministro, sino que tiene un secretario del gabinete, Ali Abdulrahman Keda, y el liderazgo del Ejecutivo recae en el presidente de la República, que ha elegido a los ministros que servirán bajo su mando. Cuando presentó a los integrantes del gabinete, Al Sharaa afirmó que “la formación del nuevo Gobierno es una declaración de la voluntad común para construir un nuevo Estado”. También aseguró que el gabinete representa “las aspiraciones del pueblo y sus esperanzas de un futuro brillante” en Siria.

El presidente Ahmed Al Sharaa anuncia la formación del Gobierno de transición en Damasco el 29 de marzo de 2025. El presidente Ahmed Al Sharaa anuncia la formación del Gobierno de transición en Damasco el 29 de marzo de 2025. Sin primer ministro y con una sola ministra

Sin embargo, se ha puesto en duda que el Gobierno refleje y trabaje para conseguir las demandas de todos los sirios, incluidas las minorías étnicas y religiosas, y de las mujeres, ya que sólo incluye una ministra. El ministro de Exteriores sigue siendo Assad Alshaibani, quien ya ocupó ese cargo en los pasados meses y su rostro se hizo conocido en los foros internacionales, como la Conferencia de Donantes celebrada en París el 17 de marzo pasado.

Según Rim Turkmani, investigadora profesora asistente del centro de Oriente Medio de London School of Economics, el principal problema del Gobierno es la ausencia de un primer ministro. “Siria necesita un primer ministro o un líder que no esté en la lista de terroristas, que no forme parte de HTS, para que las sanciones puedan ser levantadas”, dice a elDiario.es. Tanto HTS como Al Sharaa están sujetos a sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU por su afiliación con los grupos terroristas Al Qaeda y Estado Islámico en el pasado. 

A pesar de esas sanciones y otras aplicadas a Siria por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, Al Sharaa es la máxima autoridad ejecutiva de Siria, en un sistema puramente presidencial, al menos durante la etapa transitoria, en la que se mantiene la figura de un presidente de la República todopoderoso. El exlíder yihadista, conocido también por su nombre de guerra, Abu Mohammad Al Jolani, ha elegido la composición del Gobierno y la puede cambiar cuando lo considere oportuno a lo largo de los próximos cinco años. “El presidente Al Sharaa quiere controlarlo todo y eso tiene un precio”, apunta Turkmani.

La experta explica que las carteras clave del Ejecutivo han sido asignadas a hombres cercanos al presidente: Interior, Justicia y Defensa. De ellos, el nuevo ministro de Interior, Anas Jattab, está en la lista de sancionados. “Esos ministerios van a definir qué tipo de país vamos a tener, son muy importantes”, destaca Turkmani.

Aparte de esos tres ministros, hay otros que proceden del llamado Gobierno de Salvación, encabezado por HTS en las zonas que estuvieron bajo su control en el noroeste de Siria en los últimos años del conflicto armado y antes del colapso del régimen de Al Asad. Ese Gobierno islamista era conocido por la persecución de sus oponentes y por la imposición de algunas normas estrictas, como el uso obligatorio del hiyab (velo con el que las mujeres se cubren la cabeza y el cabello).

HTS tiene experiencia en la administración de un territorio, pero ese pasado también proyecta sombras sobre el nuevo Gobierno. Turkmani señala que la explicación de por qué hay una sola mujer se encuentra en el historial del grupo radical: “HTS tiene reservas respecto a la presencia de mujeres en cargos públicos, no había mujeres en el Gobierno de Salvación de Idlib ni en el Gobierno interino [formado el pasado diciembre]”. Pero la analista agrega que “Siria está acostumbrada” a que las mujeres ocupen esos cargos y que solía haber varias mujeres en los Gobiernos sirios.

La única ministra del nuevo Gobierno sirio, Hind Kawabat, el 29 de marzo de 2025 en Damasco. La única ministra del nuevo Gobierno sirio, Hind Kawabat, el 29 de marzo de 2025 en Damasco.

La única mujer es Hind Kawabat, una activista cristiana y opositora al régimen de Al Asad (participó en las negociaciones con el régimen auspiciadas por la ONU en Ginebra), quien está ahora al frente del Ministerio de Asuntos Sociales y Trabajo.

Otra figura destacada del bando opositor es Raed al Saleh, que hasta ahora dirigía la organización de la Defensa Civil siria, también conocida como Cascos Blancos, que realizaba labores de rescate en las zonas del país que escapaban al control de las fuerzas de Al Asad. Al Saleh será el titular del nuevo Ministerio de Emergencias y Desastres, que anteriormente no existía.

Ministerios adaptados a las nuevas necesidades

Esa cartera es una de las que ha sido creada para adaptarse a las necesidades y realidades de Siria en la etapa de transición; además, algunos departamentos han sido fundidos, como los de Petróleo, de Electricidad y de Recursos Hídricos, que ahora conforman el Ministerio de Energía. El hasta ahora primer ministro, Mohamed al Bashir –que estuvo al frente del Gobierno interino desde mediados de diciembre hasta finales de marzo–, es el nuevo titular de Energía y tendrá una de las tareas más complicadas, ya que en muchas zonas del país el suministro eléctrico es de pocas horas al día y el agua corriente no está asegurada.

El nuevo Gobierno tiene varios Ministerios menos que los anteriores bajo el régimen de Al Asad y algunos que existían previamente han sido eliminados del todo, como el de Comercio Interior y Protección de los Consumidores. Una de las quejas habituales en la época de la dictadura es que algunos de los altos funcionarios ocupaban puestos para los que no estaban cualificados, por simple clientelismo, o esos puestos eran creados ex profeso para colocar a amigos o amigos de los amigos de Al Asad. Antes del colapso de su régimen, los ciudadanos tenían que pagar sobornos para conseguir prácticamente cualquier servicio o hacer cualquier trámite burocrático, o para evitar tener problemas, por ejemplo, con las fuerzas de seguridad.

Una de las promesas de Al Sharaa es eliminar la corrupción a todos los niveles y mejorar la eficiencia de la administración pública, y tanto la eficiencia como restablecer los servicios públicos son las prioridades de su Gobierno, tal y como señala a elDiario.es Muhsen Al Mustafa, analista del Centro Omran para Estudios Estratégicos sobre Siria.

El ministro de Finanzas, Mohamed Yaser Barnia, es el que tendrá el complejo reto de reanimar una economía de guerra, sometida a duras sanciones, que ya antes del conflicto de 2011 no era muy boyante. No es tan cercano a Al Sharaa, ya que procede del mundo de los negocios y ha trabajado en distintas instituciones financieras sirias y regionales, como el Fondo Monetario Árabe. Según Turkmani, es un reconocido economista, aunque la experta teme que no tendrá mucho margen de maniobra dentro del Ejecutivo: “Espero que tenga la posibilidad de aplicar un programa que pueda ayudar a la recuperación económica de Siria”.

“Hay muchos tecnócratas que son muy buenos en el nuevo Gobierno, pero tienen un poder limitado. Habrá que ver cuánto van a poder influir en las políticas del Ejecutivo”, agrega Turkmani.

Al Mustafa señala que, excepto los ministros procedentes del Gobierno de Salvación, la mayor parte de los miembros del gabinete son tecnócratas y han sido elegidos “por su independencia y sus capacidades”, agregando que Al Sharaa prometió no formar un gobierno “sectario”.

¿Podrán integrarse los kurdos?

De acuerdo con un análisis de la composición del nuevo Gobierno hecho por Al Mustafa, más del 80% de los ministros son suníes, confesión religiosa mayoritaria en Siria, aunque en el pasado solía haber más ministros alauíes (la secta a la que pertenece el expresidente Al Asad) y cristianos (de los que el régimen se erigía en defensor). En el nuevo Gobierno hay un ministro de la minoría drusa (Amyad Badr, titular de Agricultura), procedente de la provincia de Sueida, donde las nuevas autoridades de Damasco han sido muy contestadas desde el primer momento. 

El experto señala que existe una mayor representación de todas las provincias de Siria, incluida una destacada presencia de ministros procedentes de Idlib y Deir al Zur, que estuvieron fuera del control de Damasco durante muchos años durante el conflicto. “Ayudará que haya una mayor representación geográfica pero lo más importante es que el Gobierno sea eficiente”, insiste Al Mustafa.

La representación e integración de los kurdos será probablemente el principal reto para el nuevo Ejecutivo, ya que los kurdosirios establecieron durante los años de la guerra civil una Administración Autónoma en el noreste de Siria, en una región muy amplia controlada militarmente por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), apoyadas por Estados Unidos.

“Hay dos ministros de origen kurdo, aunque uno de ellos casi no puede ser identificado como tal porque procede de una familia damascena, pero no son de la Administración del noreste de Siria”, dice el analista sirio. “No es posible esperar hasta que haya un acuerdo con los kurdos para formar un Gobierno, porque ese acuerdo tardará meses y el país no puede esperar”, agrega.

Si bien las FSD (una alianza armada integrada mayormente por kurdos) acordaron hace un mes “integrar todas las instituciones civiles y militares del noreste de Siria en la Administración del Estado sirio”, aún no se han dado pasos hacia esa integración y se prevé que será complicada. “Este va a ser un gran asunto para el Gobierno, porque no hay acuerdo político con los kurdos y el acuerdo militar es muy frágil”, explica Turkmani, quien advierte de que la falta de integración puede dar lugar a problemas en el futuro.

“Los kurdos, los alauíes y otras minorías necesitan ser integrados en los cuerpos de seguridad [del Estado], porque si no se integran en el sector de seguridad no va a ser posible que se integren en el país y el país seguirá estando fragmentado”, concluye.

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