Un Ecuador dividido elige este domingo entre Luisa González (Revolución Ciudadana, el partido del ex presidente Rafael Correa) y Daniel Noboa (Acción Democrática Nacionalista), apoyado en campaña por Isabel Díaz Ayuso, con la falta de seguridad como una de las principales preocupaciones del electorado
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Los ecuatorianos tendrán que elegir el domingo 13 de abril entre dos caminos opuestos. Uno lleva a la vuelta del correísmo y, con él, un aparato estatal más fuerte y una mayor inversión pública.
Luisa González (Revolución Ciudadana, el partido del expresidente Rafael Correa) y el actual presidente, Daniel Noboa (Acción Democrática Nacionalista), apoyado este último en campaña por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, encarnan ambas opciones en una cerrada segunda vuelta que las encuestas predicen que terminará en empate técnico, con un considerable porcentaje de indecisos.
Las empresas Comunicaliza y Telcodata mostraron este jueves, a pocos minutos de que terminara el período permitido para difundir sondeos, datos que evidencian lo ajustado de la contienda. La primera da una ventaja del 0,4% a Noboa, exactamente la misma diferencia con la que Telcodata pronostica la victoria de González.
El escenario de la contienda es similar al de las que la han precedido durante casi dos décadas ya: Correa, o un candidato avalado por él, (González ha dicho que el expresidente, asilado en Bélgica, será su “principal asesor”), avalado por la bonanza económica de su gestión, pero con enraizados escándalos de corrupción, frente a un contrincante que rechaza su modelo de Estado. “En el Ecuador ha desaparecido la idea de una partidocracia, ya no hay varias ideologías. Estás a favor o en contra; los partidos tradicionales están por desaparecer y son extremadamente marginales”, asegura el analista político Esteban Santos.
En la primera vuelta, en la que el actual mandatario ganó por décimas, ambos candidatos concentraron más del 88% de los votos, cuando existían 14 opciones. “A mucha gente no le gusta Noboa, pero votan por él, a pesar de él... Es una polarización del voto no porque me gusta el candidato, sino porque no quiero para nada al contendiente”, explica a elDiario.es la periodista radicada en Quito Yalilé Loaiza.
Denuncias de narcotráfico y malversaciónEl balotaje –segunda vuelta– del domingo será una repetición del que se dio en las elecciones de 2023, en el que triunfó Noboa. El presidente, de 37 años, hijo del magnate y excandidato presidencial Álvaro Noboa, gozó al comienzo de su gestión de altos niveles de popularidad por su política de mano dura contra el crimen que azota al país, si bien eso no ha impedido que Ecuador sea el país más violento de América Latina, según un informe de marzo de Insight Crime: se han registrado cerca de 2.000 homicidios en lo que va del año. Sin embargo, la persistencia de la inseguridad y un cúmulo de polémicas en su gestión están allanando el camino a una hipotética victoria de González.
La controversia más grave a la que se enfrenta Noboa tiene que ver con la supuesta relación del mandatario, a través de la empresa familiar Noboa Trading, con casi 700 kilos de cocaína oculta en contenedores de banano que esperaban en Guayaquil a ser exportados a Europa, y que la policía requisó en tres operaciones en 2020, 2022 y 2024.
González le reprochó los hechos al actual presidente en el cara a cara electoral del 23 de marzo, a lo que Noboa, cuya riqueza familiar se cimentó justamente en la exportación de banano, respondió: “No soy el dueño, pero están miembros de mi familia en esa empresa. Noboa Trading ha cooperado en los tres casos y se ha aclarado eso ante la Fiscalía”.
No obstante, el medio brasileño Agenda Pública recoge que, según la investigación de los Papeles de Panamá del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), el presidente y su hermano John Noboa son los presuntos socios mayoritarios de la exportadora.
En aquellos operativos antidroga fue detenido un contratista de la empresa, pero quedó luego en libertad, de acuerdo con la revista Raya.
También ha llegado hasta el Congreso de los Diputados la fiesta que presuntamente protagonizó Noboa durante su visita oficial a España en enero del año pasado. El diputado de Sumar Enrique Santiago (IU/PCE) quiere determinar si fue un empresario belga, sancionado por la Unión Europea por pactos ilegales, quien financió la supuesta celebración publicada por El Debate.
Estas acusaciones, junto a las críticas por autoritarismo que ha recibido —se negó a dejarle el mandato a la vicepresidenta para hacer campaña, en contra de lo que dicta la normativa— han sido explotadas en las últimas semanas por la candidata opositora.
Las votaciones, en estado de excepciónDaniel Noboa decretó este sábado por sorpresa el estado de excepción en siete provincias, en Quito, un cantón de Azuay y en las cárceles de Ecuador, a apenas unas horas del proceso electoral. La medida, que durará 60 días e incluye el toque de queda y la restricción de la movilidad, compete a las provincias de Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Santa Elena, El Oro y Sucumbíos, así como al Distrito Metropolitano de Quito (provincia de Pichincha) y el municipio Camilo Ponce (provincia del Azuay).
El decreto, que también incluye a las cárceles del país, contempla medidas como suspender el derecho a la inviolabilidad de domicilio y de correspondencia. Además, dispone un toque de queda en 22 municipios desde las 22.00 hora local (03.00 GMT) y hasta las 5.00 hora local (10.00 GMT), todos los días, una medida que no incluye a la capital.
Noboa ha alegado para decretar el estado de excepción una supuesta “grave conmoción interna” por el incremento de los índices de violencia, delitos y actividades de grupos armados organizados en las mencionadas zonas y en las prisiones, donde durante su mandato se han registrado masacres entre grupos rivales de reos.
El gobernante justifica además los dos meses de vigencia por “la necesidad de contar con el tiempo adecuado para mitigar los hechos fácticos planteados y coadyuvar el accionar de las Fuerzas Armadas para mantener la soberanía y la integridad del Estado”, y la Policía Nacional en seguridad ciudadana, protección interna y orden público “encaminados a la seguridad integral del Estado”.
¿Qué tipo de gobierno se prevé?Desde que se graduó como abogada, González (47 años), hija de padres campesinos, trabajó en el sector público y en 2010 llegó al despacho presidencial de Correa.
“Si llega al poder, habrá una apuesta por el socialismo latinoamericano del siglo XXI, en contra de acuerdos comerciales liberales, con alianzas anti Estados Unidos [del presidente Donald Trump] y con el objetivo de revivir instituciones como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)”, opina Santos.
Del otro lado, está el modelo neoliberal de Noboa, con “continuidad de las reformas fiscales y económicas, con la intención de seguir reduciendo el déficit fiscal. Además de promocionar la inversión privada, con un acercamiento a Trump”, asegura el profesor del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) Gabriel Hidalgo.
De todos modos, la principal preocupación de los ecuatorianos sigue siendo la seguridad.
El 36% de la población en edad de votar fue víctima de algún delito, de acuerdo con un estudio de la corporación Participación Ciudadana. Noboa ofrece un continuismo en sus políticas de seguridad que recuerdan a las de Nayib Bukele: militarización de las calles, creación de más cárceles, compra de armamento para los efectivos y endurecimiento de las sanciones penales para jóvenes mayores de 15 años reclutados por bandas criminales.
Esta semana se anunció una “alianza estratégica” entre el Gobierno y Erik Prince, experto en seguridad y fundador de la controvertida empresa de mercenarios Blackwater.
González, por su parte, propone restituir el Ministerio Coordinador de Seguridad. Recientemente, en un mitin, habló de crear “gestores de paz”: grupos vecinales que recibirán un salario del Estado, además de tecnificación y equipamiento para mantener la seguridad.
“Noboa no ha traído la paz”La mayor presencia del crimen en las regiones costeras, por su estratégica ubicación para los carteles de narcotráfico, se ha traducido en un mayor apoyo para el correísmo en esta zona ante la falta de garantías de seguridad por parte del Gobierno de Noboa, mientras que en la sierra hay una tendencia hacia el oficialismo. “Hay que considerar que es una población [la costera] que está asustada, que vive con violencia y ve un gobierno actual que no ha logrado darle aquello que le prometió: paz”, afirma Loaiza.
En los últimos días, la campaña de Noboa ha exaltado los rumores, sin pruebas, de una desdolarización que supuestamente traería el gobierno de González.
Desde el año 2000, el dólar es la moneda oficial del Ecuador, instaurado para frenar la profunda crisis económica. Si bien Luisa González no ha hecho ninguna referencia al respecto y su candidato a vicepresidente, Diego Borja, lo ha negado expresamente, Rafael Correa y el diputado electo Ricardo Patiño criticaron en un debate en Russia Today el empleo de la divisa en el contexto nacional.