El presidente ruso rechaza la propuesta ucraniana de extender el alto el fuego 30 días y la Casa Blanca evita valorar el movimiento del Kremlin tras la amenaza del Gobierno de EEUU de retirarse de la mediación
Putin anuncia una breve “tregua” unilateral en Ucrania hasta este lunes por la Pascua ortodoxa
Tras el alto el fuego de 30 horas decretado unilateralmente por Vladímir Putin con motivo de la Pascua ortodoxa, Rusia y Ucrania se acusan ahora mutuamente de violar la breve tregua.
Tanto el gobierno ruso como el ucraniano han denunciado numerosos ataques enemigos desde las seis de la tarde del sábado (las cinco en España). El ministerio de Defensa ruso había informado, tras 18 horas de tregua, de 444 disparos contra posiciones rusas y 900 ataques de drones, una cifra inverosímil teniendo en cuenta que cada noche, de media, Moscú no notifica más de cincuenta drones ucranianos abatidos a lo sumo. Por el contrario, el ejército ruso se ha jactado de estar “observando estrictamente” el alto el fuego.
Por su parte, Volodímir Zelenski advirtió de al menos 901 bombardeos rusos, de los cuales 448 con armas pesadas, y 46 operaciones de asalto de las tropas de Moscú. “O Putin no controla totalmente su ejército, o la situación demuestra que no tiene como objetivo un movimiento real para acabar con la guerra y solo necesita relaciones públicas rentables en los medios”, ha asegurado Zelenski, quien ha dejado claro que su ejército seguiría respondiendo simétricamente a cada ataque ruso.
El presidente ucraniano incluso ha anunciado la muerte de una unidad de las Fuerzas Armadas de Ucrania en una emboscada rusa en Donetsk durante la jornada del 20 de abril.
Tanto los analistas que trabajan con fuentes de información abiertas como los blogueros de guerra rusos confirmaron que la intensidad de los combates había disminuido a lo largo de toda la primera línea, pero en ningún caso se habían detenido. El think tank estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra ha registrado “operaciones ofensivas limitadas y bombardeos indiscriminados” de las tropas rusas, mientras que canales de la órbita del ejército ruso, como WarGonzo, han afirmado que continuaba habiendo actividad en los frentes de Zaporiyia y Donetsk, en Ucrania, y en las regiones rusas de Kursk y Bélgorod. Ruslan Leviev, fundador del grupo de investigación independiente ruso Conflict Intelligence Team, también ha escrito que a partir de las 10 de la mañana del domingo “no había informes de silencio desde ninguna de las líneas del frente” y que, “al menos, los bombardeos de artillería continuaban”.
Según los expertos, parte de las supuestas violaciones están relacionadas con el poco margen entre el anuncio de la tregua y su entrada en vigor. “El problema es la naturaleza defectuosa del mismo concepto de alto el fuego, anunciado un par de horas antes de que empezara, sin que las partes se pusieran de acuerdo sobre los detalles de cómo observar el alto el fuego ni sobre el mecanismo para resolver cualquier escalada que se produzca”, comenta al medio ruso Agentstvo el analista Kirill Mijáilov.
En la batalla por ganar el relato a ojos de los Estados Unidos, el presidente ucraniano ha devuelto el balón al tejado de Putin con la contrapropuesta de alargar 30 días la tregua de 30 horas, pero el presidente ruso lo ha rechazado. Su portavoz, Dmitri Peskov, confirmó que el alto el fuego vencía la medianoche del domingo al lunes.
El discurso del Kremlin pasa, pues, por amplificar cualquier violación ucraniana de la propuesta y retratar a Zelenski como alguien que se opone a acabar con el conflicto. “La parte ucraniana, habiendo violado la tregua de Pascua, prueba que no es capaz de detener el fuego ni siquiera durante 30 horas”, ha dicho Rodión Miroshnik, embajador plenipotenciario ruso y una de las voces más duras con Ucrania.
Es la misma estrategia que ha estado siguiendo Rusia desde que declaró -también unilateralmente- una tregua de un mes sobre las infraestructuras energéticas, que expiró el pasado viernes. Día tras día, el ministerio de Defensa ruso se ha esforzado en denunciar presuntos ataques ucranianos contra instalaciones de energía, que los analistas independientes no han podido confirmar.
De todas formas, la Casa Blanca mantiene el silencio y evita dar pistas de cómo lee ese alto el fuego de 30 horas. Hasta ahora, el presidente estadounidense había manifestado cierto agotamiento ante la falta de avances en las negociaciones y por ese motivo había amenazado con retirarse de la mediación. Detener las hostilidades un día y medio queda lejos de las expectativas de Estados Unidos, que aspira a un alto el fuego sostenido que preceda a las conversaciones de paz. Asimismo, Trump siempre ha aplaudido cualquier gesto de Putin, por mínimo que fuera, se ha fiado de su palabra y ha optado por no presionar a Rusia, más que de palabra, a pesar de su rechazo a la oferta de Kiev y Washington de una tregua de 30 días.
El analista ruso exiliado en Nueva York Stanislav Kucher considera que la iniciativa de Putin es un movimiento casi “humillante” para los estadounidenses, pero que el líder ruso calcula que Trump “se conformará con esto” porque podrá presentarlo como una muestra de respeto hacia él.
El periodista Aleksander Baunov cree que la retirada americana “no da mucho miedo” a Rusia pero que Putin todavía no ha decidido si “quedarse sin Trump o continuar utilizándolo”. Por eso entiende que la tregua en Semana Santa es una “oportunidad” para “posponer” esta decisión. También destaca lo simbólico de la fecha: explica que al haberse mencionado con anterioridad la Pascua como una “fecha límite psicológica”, el Kremlin la ha escogido para dar un golpe de efecto. Sin embargo, admite que Putin “no tiene la disposición ni el deseo de conceder un alto el fuego a largo plazo o completo”
En este sentido, el canal Rybar, cercano al ministerio de Defensa ruso, celebra el éxito de la jugada de Putin con el argumento de que “no habrá dado al enemigo una ventaja militar importante, sino que se convertirá en un elemento importante para reforzar la posición diplomática de Rusia”.