En los últimos vaivenes diplomáticos, EEUU ha planteado el posible reconocimiento de la anexión de Crimea y descartar que Kiev se una a la OTAN, según revelan varios medios, mientras Zelenski propone un cese temporal de los ataques a infraestructura civil y ultima el acuerdo de minerales
Putin y Zelenski se acusan mutuamente de violar la tregua de Pascua, mientras Trump no se da por aludido
Después de meses de idas y venidas diplomáticas sobre el fin de la guerra de Ucrania, aún no se vislumbra un verdadero alto el fuego y el camino hacia la paz parece empinado.
A punto de cumplirse los primeros 100 días de Donald Trump en el cargo, Estados Unidos intenta pisar el acelerador, amenazando con abandonar la mediación entre Kiev y Moscú.
Con nuevas reuniones en la agenda en los próximos días, Trump ha dicho que espera que ambas partes “lleguen a un acuerdo esta semana” y, entonces, “comenzarán a hacer grandes negocios con EEUU”. Este lunes ha mantenido el tono optimista y ha dicho que ve posibilidades “muy buenas” de un alto el fuego, asegurando que dará “todos los detalles en los próximos tres días”.
Aunque se desconocen los detalles que se están debatiendo entre bastidores durante las rondas de negociaciones, han comenzado a trascender en la prensa los elementos del último impulso diplomático estadounidense, que pretende sentar las bases para un alto el fuego, que en líneas generales se ceñiría a las líneas de batalla actuales, y un eventual acuerdo.
¿Qué está sobre la mesa?EEUU ha planteado una serie de ideas sobre cómo poner fin a la guerra, entre ellas la posibilidad de que Washington reconozca la anexión de Crimea por parte de Moscú en 2014, según ha revelado el Wall Street Journal (WSJ). La decisión revertiría más de una década de política estadounidense. Bloomberg también ha recogido que EEUU está dispuesto a reconocer el control ruso de la península como parte de un acuerdo de paz más amplio entre Moscú y Kiev.
En lo relativo a las cuatro regiones del este de Ucrania que afirma haberse anexionado, según la propuesta desvelada por el WSJ, EEUU no reconocería que Rusia tenga derecho legal a controlarlas, pero no exigiría que el Ejército ruso abandonara estas zonas.
La carta de las Naciones Unidas prohíbe que los países se apoderen del territorio de otro país por la fuerza. En una resolución de 2014, 100 países respaldaron la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas y subrayaron la invalidez del referéndum celebrado en Crimea ese mismo año.
Ucrania ha declarado reiteradamente que no reconocerá los territorios ocupados como territorios rusos en ningún acuerdo de paz. En las negociaciones de paz de marzo de 2022, que no llegaron a buen puerto, la delegación ucraniana propuso a Moscú añadir al acuerdo entre ambos países una cláusula que estableciera que el estatus de la península se decidiría en negociaciones entre ambos países durante los 15 años siguientes.
Las ideas de EEUU también incluyen designar el territorio alrededor de la central nuclear de Zaporiyia como territorio neutral que podría estar bajo control estadounidense, así como descartar la membresía de Ucrania en la OTAN. Lo cierto es que Trump ya ha sacado previamente de la mesa las aspiraciones de Kiev de entrar en la Alianza Atlántica, asegurando que “no va a suceder”, algo que también han repetido otros representantes de su Administración.
Se trata de una concesión a Moscú, que ha aplaudido estas declaraciones. “Hemos escuchado de Washington, a diversos niveles, que la membresía de Ucrania en la OTAN está excluida”, ha dicho el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. “Por supuesto, esto nos satisface y coincide con nuestra postura”. Mientras tanto, sigue sin resolverse una de las grandes incógnitas: qué tipo de garantías de seguridad podría recibir Ucrania si acepta un acuerdo de paz para evitar un nuevo ataque ruso en el futuro.
Las propuestas fueron esbozadas en un documento confidencial que presentaron representantes de la Administración Trump en un encuentro con sus homólogos ucranianos y europeos en París el pasado jueves, de acuerdo con el WSJ, que recoge que EEUU espera la respuesta de Kiev en una reunión de seguimiento en Londres esta semana a la que se prevé que asistan el secretario de Estado, Marco Rubio, y los enviados de Trump, Steve Witkoff y Keith Kellogg. Si Kiev y sus aliados europeos coinciden con Washington, las propuestas podrían presentarse formalmente a Moscú.
Volodímir Zelenski ha anunciado que los representantes ucranianos trabajarán el miércoles en la capital británica con los de Reino Unido, Francia y EEUU. En estos momentos, Kiev está bajo presión para responder esta semana a las propuestas estadounidenses. Un alto cargo del Departamento de Estado dijo al medio estadounidense que las ideas presentadas a los ucranianos se deben interpretar como opciones para que las sopesen, no como un “lo tomas o dejas”.
En referencia a la estrategia del palo y la zanahoria, Washington está barajando más “zanahorias” para Moscú, como reducir las sanciones y descongelar los activos incautados, según recoge el tabloide New York Post.
“El mensaje para Rusia es: esta es la mejor oferta que podrás tener, acéptala. Ese plan, desde luego, no es asumible por la Unión Europea y está por ver si es aceptable para Ucrania, ya que puede llevarse por delante al Gobierno de Zelenski”, dice a elDiario.es José Antonio Sanahuja, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. “El (escasísimo) margen de maniobra que hoy tiene Ucrania depende del apoyo económico y militar de una Unión Europea caracterizada por su soledad estratégica y, también, escasa capacidad y voluntad de seguir manteniendo una guerra abierta en su flanco oriental”.
Para poner fin a la guerra, Putin dice que quiere que Ucrania abandone sus ambiciones de unirse a la OTAN, ceda permanentemente a Rusia las cuatro regiones que sus tropas ocupan parcialmente y limite el tamaño de su ejército. Para Kiev, estas exigencias equivalen a exigir su capitulación.
¿Cuál es la posición de EEUU?En lo que va de su segunda presidencia, Trump ha capitaneado un giro drástico en la política exterior del país, acercándose a Moscú, tomando medidas para normalizar las relaciones bilaterales y sacando a Putin del aislamiento diplomático por parte de Occidente, mientras que endurece su posición sobre la alianza con Kiev, a la que llegó a cortar temporalmente la asistencia militar para obligarla a sentarse a negociar y exige una parte de su riqueza mineral.
El presidente de EEUU regresó a la Casa Blanca con la célebre promesa de que pondría fin a la guerra de Ucrania en 24 horas, aunque luego se retractó –dice que estaba siendo sarcástico– y la matizó con la fórmula de que quiere acabar con el conflicto “rápidamente”. Ahora, están a punto de cumplirse los primeros 100 días de su mandato (30 de abril), el plazo que había marcado a su enviado especial para poner fin a la guerra. Pero Putin ha dejado claro que no tiene prisa: ha minimizado las expectativas sobre la posibilidad de que se alcance una solución de manera inminente y no ha dado muestras públicas de ceder en sus demandas maximalistas.
Algunas informaciones apuntan a que la frustración y la impaciencia están creciendo en Washington. Pero, más allá de declararse “molesto” con el líder ruso, por ahora Trump no ha impuesto sanciones ni tomado medidas concretas para presionar a Rusia.
El presidente republicano, al que le gusta presumir de ser un gran negociador, sugirió el viernes que, si no hay avances, Washington podría abandonar el proceso de paz. Se hizo eco así de las advertencias de su principal diplomático, Rubio, quien dijo que las partes tienen solo “unos días” para mostrar progresos. “No vamos a continuar con este esfuerzo durante semanas y meses. Por eso, necesitamos determinar muy rápidamente ahora, y estoy hablando de cuestión de días, si esto es factible”, dijo Rubio después de reunirse con líderes europeos y ucranianos en París. No están claras cuáles pueden ser las consecuencias.
Miembros del Gobierno de Trump han reconocido en privado que las posibilidades de un rápido acuerdo de paz en Ucrania son escurridizas, según informa Reuters, que cita a tres diplomáticos europeos anónimos que creen que las declaraciones de Rubio reflejan la creciente frustración en la Casa Blanca por la intransigencia rusa.
Según ha trascendido en la prensa estadounidense, varios altos asesores han aconsejado a Trump que sea más escéptico sobre el deseo de Moscú de poner fin a la guerra, un grupo que, de acuerdo con estas informaciones, incluye a Rubio y Kellogg, mientras que Witkoff, que se ha reunido en hasta tres ocasiones con el presidente ruso, cree que el Kremlin quiere la paz. Mientras tanto, hay indicios de que Zelenski está cada vez más frustrado por las “narrativas rusas” que “prevalecen” en Washington.

“La retórica del acuerdo de paz ‘en 24 horas’ puede haber servido a Trump en la campaña electoral, pero una vez en el poder se ha impuesto la realidad de una guerra enquistada, sin salidas fáciles, y que no dependen de la supuesta habilidad transaccional que él mismo se atribuye”, dice Sanahuja. El catedrático cree que el “plan de victoria” de Rusia, “desde mucho antes, pasaba por un triunfo electoral de Trump que debilitara a Ucrania, otorgando a Rusia ventaja militar y, por ello, haciendo menos atractiva la negociación”.
“Una vez en la presidencia, Putin ha sabido explotar muy bien las contradicciones en las que el propio Trump se había situado, haciendo que la propuesta de paz estadounidense fuera cada vez más parecida a las exigencias rusas, que en lo esencial no han variado y que suponen una verdadera capitulación de Ucrania”, añade.
A su juicio, la estrategia de Trump “ha sido, básicamente, situar a Ucrania en una posición de desventaja y que haga concesiones extremas para así llevar a Rusia a la paz rápida que Trump pretende”. “Pero debilitar a Ucrania –y esa es la contradicción en la que Trump ha incurrido– supone invitar a Rusia a seguir recurriendo a la vía militar y exigir aún más concesiones, alejando la posibilidad de un acuerdo”. Finalmente, añade, “lo que Putin pretende, y parece estar logrando, es que la pax trumpiana termine siendo, en lo esencial, la pax russica”.
¿Qué ha pasado con la 'tregua de Pascua'? ¿Y ahora qué?En lo que muchos perciben como una partida diplomática para ganar puntos frente a Trump, Putin declaró el sábado una “tregua” de 30 horas con motivo de la Pascua ortodoxa. Lo hizo tras las advertencias del presidente de EEUU, de manera unilateral y dando un escaso margen de maniobra. Algunos analistas adelantaron que Rusia podía aprovechar este cese temporal para congraciarse con EEUU e intentar seguir desacreditando a Ucrania ante Washington, acusándola de violar la tregua.
Zelenski también ha jugado sus cartas: se adhirió al alto el fuego de Pascua si Moscú lo cumplía, aunque enseguida contraatacó reiterando la oferta de extender la tregua por 30 días, algo que propuso hace más de un mes EEUU y Moscú rechazó en esencia, imponiendo sus propias condiciones. Washington dijo el domingo que daría la bienvenida a la extensión del cese de hostilidades más allá del domingo, pero el Kremlin echó un jarro de agua fría a las esperanzas de una prolongación y Putin ha confirmado la reanudación de sus operaciones.
Ambas partes se han acusado mutuamente de miles de violaciones de la breve tregua. El guion ha sido muy similar al del alto el fuego de 30 días sobre infraestructuras energéticas, sobre el que ambas partes intercambiaron acusaciones de incumplimiento casi a diario. La realidad es que, a día de hoy, aun cuando ya ha vencido para Rusia, los términos de la pausa de los ataques energéticos siguen sin estar claros. Para los investigadores del think tank estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), la tregua pascual es un reflejo de que es necesario que el texto de cualquier alto el fuego o acuerdo de paz esté “a disposición del público, haya sido acordado formalmente de antemano por todas las partes e incluya sólidos mecanismos de supervisión”. Los datos de la NASA muestran anomalías de calor detectadas por satélite a lo largo de la línea del frente el 20 de abril que pueden sugerir actividad militar, según estos expertos.

Incendios detectados por satélite durante la tregua de Pascua
Entre las 19 hs. del 19 de abril y las 19 hs. del 20.
Kiev
N
100 km
Área
ampliada
Incendios detectado por el satélite
Sumy
Sumy
RUSIA
Járkov
Járkov
Kupiansk
Kupiansk
UCRANIA
Bajmut
Bajmut
Lugansk
Lugansk
Dnipró
Dnipró
DONETSK
Avdivka
Avdivka
Donetsk
Donetsk
Marinka
Marinka
Zaporiyia
Zaporiyia
Krivói Rog
Krivói Rog
Novodarivka
Novodarivka
Vuhledar
Vuhledar
Áreas donde Ucrania
ha recuperado
el control
Áreas bajo
control ruso
Áreas de
avance del
ejército ruso
Melitópol
Berdiansk
Berdiansk
Jersón
Jersón
FUENTE: ISW, CON DATOS DE LA NASA.

Incendios detectados por satélite durante
la tregua de Pascua
Entre las 19 hs. del 19 de abril y las 19 hs. del 20.
Kiev
N
100 km
Área
ampliada
Incendios detectado por el satélite
Sumy
Sumy
RUSIA
Járkov
Járkov
Kupiansk
Kupiansk
UCRANIA
Bajmut
Bajmut
Lugansk
Lugansk
Dnipró
Dnipró
DONETSK
Avdivka
Avdivka
Donetsk
Donetsk
Marinka
Marinka
Zaporiyia
Zaporiyia
Novodarivka
Novodarivka
Vuhledar
Vuhledar
Áreas donde Ucrania
ha recuperado
el control
Áreas bajo
control ruso
Áreas de
avance del
ejército ruso
FUENTE: ISW, CON DATOS DE LA NASA.