Se espera que Steve Witkoff sea recibido hoy mismo por el presidente ruso, con el que se ha reunido tres veces en los últimos tres meses
Quiénes son los hombres de Putin en las negociaciones con el Gobierno de Trump
El emisario de Estados Unidos, Steve Witkoff, ha aterrizado en Moscú para celebrar consultas con el Kremlin sobre el plan de paz de la Casa Blanca para la guerra iniciada con la invasión de Ucrania, según han informado varias fuentes al medio ruso Interfax.
Se espera que Witkoff sea recibido hoy mismo por el presidente ruso, Vladímir Putin, con el que se ha reunido tres veces en los últimos tres meses. El encuentro tiene lugar después de que este jueves Trump, en un mensaje poco habitual, exigiera a Putin el fin de los bombardeos contra Ucrania tras un ataque en Kiev que dejó al menos 12 muertos y 90 heridos. “¡Vladímir, PARA!”, escribió el presidente norteamericano en Truth Social, y calificó el acto de “innecesario” y de haberse producido en “mal momento”.
Trump ha elevado la presión para sellar un acuerdo de paz y vuelve anticipar que los próximos días serán muy importantes, con la vista puesta en el 30 de abril, cuando se cumplen los 100 días de su segunda presidencia. A la vez, asegura estar convencido de que Putin escuchará su llamamiento a no lanzar nuevos ataques aéreos masivos, aunque el líder del Kremlin no tiende a darse por aludido.
Esta madrugada, Rusia ha enviado más de 60 drones contra Ucrania y ha provocado tres muertos en la localidad de Pavlogrado, en la región de Dinpropetrovsk. Además, menos de 48 horas después de reunirse con Witkoff, hace apenas dos semanas, Moscú disparó un misil en el centro de Sumi que acabó con la vida de 35 personas y dejó más de 100 heridos en pleno Domingo de Ramos.
Es la cuarta vez que el emisario de la Casa Blanca viaja a Rusia en poco más de dos meses. La última fue el 11 de abril, en San Petersburgo. En aquella ocasión el enviado de Trump dedicó un gesto casi reverencial a su anfitrión, Putin, al llevarse la mano derecha al corazón cuando se saludaron, en un detalle que muchos analistas interpretaron como una muestra de sumisión.
De la cita trascendieron pocos detalles. Se sabe que estuvieron presentes Kirill Dmitriev, el director del fondo soberano ruso, que horas antes se había reunido en privado con Witkoff, y el asesor presidencial Yuri Ushakov. El mismo Witkoff dio algunos detalles en la cadena Fox News sobre el desarrollo de la conversación: dijo haber tenido la impresión de que estaba “emergiendo” un acuerdo de paz sustentado en la discusión sobre las regiones ucranianos que Rusia se anexionó en su Constitución y sobre las garantías de seguridad que piden ambos bandos.
Esta semana el Financial Times ha publicado que en aquel encuentro también se habló de la posibilidad de congelar la línea del frente donde se encuentra en estos momentos. Putin renunciaría a reclamar las partes de las regiones ucranianas ocupadas que no controla a cambio de que Trump aceptara, entre otras cosas, que la península de Crimea es rusa, una línea roja para Kiev. Según la última estimación del presidente ruso, su Ejército domina el 99% de Lugansk, y el 70% de Donetsk, Jersón y Zaporiyia.
De hecho, Witkoff, quien siempre ha demostrado buena sintonía con Putin, fue más allá al aconsejar al presidente norteamericano que reconociera la soberanía rusa de estos cuatro territorios. Según explicaron fuentes de la Administración Trump a Reuters, el emisario le sugirió que este sería el modo más rápido para conseguir un alto el fuego.
A juzgar por las palabras de Trump, para la Casa Blanca, la propuesta rusa ya significaría un paso más que suficiente, ya que él mismo aseguró que Putin había probado su voluntad de avanzar hacia la paz al “no conquistar el país entero”, en referencia a Ucrania. Desde su punto de vista, esta habría sido “una concesión bastante grande”.
La negativa de Zelenski a discutir el estatus de Crimea ha precipitado el último choque entre él y el líder estadounidense, que el miércoles acusó al presidente ucraniano de obstaculizar la paz al no asumir que la península está bajo control ruso desde 2014 y recriminarle que entonces Ucrania no luchara por ella.
Hasta el momento, el Kremlin ha mostrado un silencio tan prudente como estratégico ante las informaciones publicadas en medios occidentales sobre el plan de paz estadounidense. “No podemos ni deseamos comentar ninguna filtración”, dijo este jueves el portavoz presidencial Dmitri Peskov, que no escondió la satisfacción que le provoca que Trump afirme que Crimea es un territorio ruso. “Se corresponde completamente con nuestro entendimiento y con lo que hemos venido diciendo desde hace tiempo”, explicó.
Asimismo, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una inusual entrevista para un medio norteamericano, la cadena CBS, dijo “estar preparado” para llegar a un acuerdo con EEUU, pero añadió que “hace falta concretar algunos elementos”. El líder del equipo negociador ruso, con el permiso de Dmitriev, que tiene su propia agenda, insistió en los halagos al presidente estadounidense. “Es el único líder mundial que ha reconocido la necesidad de eliminar las causas fundamentales de esta situación”, dijo Lavrov. Así es como sintetiza el Kremlin los motivos que le llevaron a lanzar una invasión a gran escala en 2022.
Una de estas “causas fundamentales” que ya mencionó Witkoff tras su última reunión con Putin y que debería discutirse este viernes son las garantías de seguridad para Ucrania. Según Bloomberg, EEUU exigirá a Rusia que admita el derecho de Kiev a disponer de un Ejército y una industria de defensa como parte del acuerdo de paz. Esto implicaría que Putin renunciase a uno de sus objetivos declarados, la “desmilitarización” de Ucrania.