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Ultra de fútbol, trumpista y vetado por Ucrania: quién es George Simion, ganador de las elecciones en Rumanía

Ultra de fútbol, trumpista y vetado por Ucrania: quién es George Simion, ganador de las elecciones en Rumanía

El líder ultranacionalista casi duplica en votos a su rival para la segunda vuelta, que se celebrará el 18 de mayo

El ultranacionalista Simion vence en la repetición de las elecciones de Rumanía

El candidato ultranacionalista rumano George Simion ha arrasado en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del país con un 41% de los votos frente al 21% obtenido por el candidato liberal independiente y alcalde de Bucarest, Nicusor Dan.

Se trata de unas elecciones clave para el devenir del principal Estado de la UE de Europa del Este y unos comicios que las fuerzas ultranacionalistas han presentado como una batalla para recuperar la democracia y el orden constitucional del país tras la cancelación de las pasadas elecciones del 24 de noviembre en las que ganó otro candidato ultra aliado de Simion. Quién es Simion: un ultra del fútbol vetado en Ucrania

George Simion es un líder ultranacionalista que tiene prohibida la entrada a Ucrania y Moldavia por sus posiciones políticas. Los servicios secretos ucranianos justifican su decisión ante las “sistemáticas actividades antiucranianas que violan la soberanía estatal y la integridad territorial”. Simion defiende una política territorial expansionista y reivindica territorios que pertenecen a Ucrania y Moldavia. Según Kiev, sus declaraciones “cuestionan la legitimidad de las fronteras estatales y promueve narrativas denunciando violación de derechos de la minoría étnica rumana en Ucrania”. Simion alega que esta decisión se produce por su defensa de Rumanía y de la “verdad histórica”.

Por su parte, Simion ha asegurado que si es presidente no enviará más ayuda militar a Ucrania. “Esto no nos convierte en prorrusos”, declaró en la campaña de las elecciones de noviembre de 2024. De hecho, el ganador de la primera vuelta electoral ha calificado a Putin de criminal de guerra.

Antes de saltar a la política, el líder ultranacionalista perteneció durante años a los grupos de aficionados ultras de la selección de fútbol de Rumanía y fundó uno de ellos: Honor y Patria. En 2011 fue fotografiado en un partido contra Bosnia junto a una pancarta racista contra los gitanos y estuvo en partidos que acabaron en disturbios entre los seguidores radicales y la policía. Ese mismo año fundó Acción 2012, una organización por la defensa de la unificación de Rumanía y Moldavia, que califica de Estado artificial. Las autoridades moldavas lo consideran una “amenaza a la estabilidad del país”.

Un trumpista fan de Meloni

Simion, de 38 años, fundó el partido Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) en 2019 y, con un discurso antivacunas y contrario a las restricciones por la COVID, la formación entró en el Parlamento como cuarta fuerza. Actualmente, tras los comicios legislativos de diciembre de 2024, el AUR se convirtió en segunda fuerza en el Parlamento.

El líder ultra es fan de Donald Trump y Giorgia Meloni y ha definido su propio estimo como “trumpista”. Pese a sus ataques a la UE defiende la permanencia en el bloque comunitario y pide la “melonización” del continente. “Estamos totalmente de acuerdo con la ideología MAGA. Somos un partido trumpista”, ha afirmado Simion tras su victoria electoral. Simion es vicepresidente del Grupo de los Conservadores y Reformistas en el Parlamento Europeo. El político es también un enemigo acérrimo del matrimonio homosexual

“Ha utilizado un enfoque populista para responder a las frustraciones de una parte creciente de la población rumana hacia sus propias élites políticas. Durante esta campaña, Simion ha logrado etiquetarse a sí mismo como un político MAGA. Le está diciendo a su electorado que será el mejor aliado del Gobierno Trump y que compartirá muchas posturas: política soberanista, guerras culturales, libertad de expresión, etc”, dice a elDiario.es Romain Le Quiniou, director del think tank Euro Crèative, especializdo en Europa del Este y Europa Central.

Y ahora, ¿qué?

Simion se enfrentará el 18 de mayo en la segunda vuelta a Nicusor Dan, alcalde de Bucarest, a quien casi duplica en número de votos. “Que George Simion ganara la primera vuelta no fue una sorpresa, de acuerdo con las encuestas previas. Sin embargo, sí lo fue la magnitud de su victoria”, dice a elDiario.es Camil Ungureanu, profesor de Filosofía Política en la Universitat Pompeu Fabra. 

“Es muy probable que la mayoría de los votos de Victor Ponta (13,05%; candidato independiente con una retórica trumpista) se dirijan ahora a Simion. También es probable que parte del electorado de la conservadora Elena Lasconi, quien ha declarado su admiración por Trump, apoye a Simion”, dice Ungureanu. “Por otro lado, Nicușor Dan (20,99%) carece de carisma y sus habilidades retóricas son muy limitadas. En resumen, todo indica que George Simion tiene grandes probabilidades de ganar las elecciones presidenciales”.

“Uno de los aspectos más desalentadores es que, con pocas excepciones, la diáspora rumana vota de forma masiva por la extrema derecha. En España, por ejemplo, más del 70% votó por Simion”, dice el profesor. “Esto puede explicarse por la capacidad de la extrema derecha para articular y explotar un doble resentimiento: por un lado, el resentimiento hacia las élites corruptas de Rumanía que, según la narrativa de la extrema derecha, ‘forzaron’ a muchos ciudadanos a emigrar para realizar trabajos duros y mal remunerados; por otro, el resentimiento hacia los países de acogida, donde a menudo son tratados como ‘mano de obra barata’ y ciudadanos de segunda clase”.

¿Cómo se ha llegado hasta aquí?

Simion acudió el domingo a votar acompañado de Calin Georgescu, el polémico líder de extrema derecha que ganó las elecciones presidenciales el pasado noviembre y cuya victoria fue anulada por la justicia, que posteriormente incluso lo vetó para la repetición electoral. El líder de la Alianza para la Unión de los Rumanos calificó la decisión judicial de golpe de Estado.

Rumanía celebró elecciones presidenciales en noviembre de 2024. Simion quedó en cuarto lugar y Georgescu, que solo unos días antes de las elecciones no superaba el 5% en las encuestas, acabó ganando con un 22,9% de los votos abocando al país a una segunda vuelta que nunca llegó a celebrarse. 48 horas antes de esa segunda vuelta, el Tribunal Constitucional, en una decisión sin precedentes en la UE, anuló los resultados electorales y ordenó repetir todo el proceso citando su papel para “velar por el cumplimiento del proceso”, pero sin dar más explicaciones.

Simion mostró su apoyo a Georgescu y afirmó entonces que si los jueces permitían al líder de la extrema derecha presentarse a la repetición electoral, él no sería candidato para así concentrar el voto. Sin embargo, la autoridad central electoral prohibió a Georgescu presentarse como candidato a los comicios del pasado domingo. La justicia acusa a Georgescu de violar la legislación electoral y los servicios de inteligencia apuntan a una injerencia extranjera. La decisión desencadenó protestas en las que estuvieron involucrados un grupo de mercenarios y el Gobierno señaló una supuesta trama apoyada por espías rusos.

“Se ha presentado con éxito, y con toda naturalidad, como el heredero político de Georgescu. También ha sido percibido por los votantes de Simion como el candidato legítimo para personalizar las posiciones contra el establishment de Georgescu”, dice Le Quiniou. “La anulación de las elecciones a finales de 2024 ha beneficiado a Simion a nivel personal y político. Especialmente en un momento en el que Simion se encontraba en una posición política difícil, siendo desafiado por otras personalidades de extrema derecha y nacionalistas como Georgescu o Sosoaca”, añade.

¿Qué esperar de una presidencia de Simion?

“No es fácil evaluar los riesgos de un escenario así porque Simion oscila entre dos tendencias: una relativamente moderada, alineada con Giorgia Meloni en Italia; y otra tendencia más pro-Putin y más abiertamente fascista, representada por Georgescu, quien ha mostrado en una actitud hostil hacia la UE y la OTAN”, sostiene Ungureanu. 

Simion ha señalado la posibilidad de nombrar a Georgescu como primer ministro o colocarlo en otro puesto de liderazgo. “El presidente tiene la potestad de nombrar al primer ministro, pero este debe ser aprobado por el Parlamento, donde los partidos de extrema derecha (tres actualmente) no tienen mayoría. Si lo intenta, no podrá avanzar, pero el país se polarizará aún más”.

“Simion es un oportunista; si gana, es posible que opte por seguir una línea más cercana a Meloni que a Georgescu, lo cual sería el escenario menos peligroso”, augura el profesor. “Dicho esto, si Simion gana, lo único seguro es que la influencia de las fuerzas de extrema derecha dentro de la UE crecerá de forma preocupante, al tiempo que disminuirá aún más el ya frágil apoyo a Ucrania”.

Le Quiniou, por su parte, sostiene que “el escenario de referencia en caso de victoria de Simion es la alineación de Bucarest con la agenda y las posiciones de Washington, lo que podría significar, en muchos casos, una oposición frontal a las posiciones de la UE y unas relaciones difíciles con países como Francia, Alemania, Polonia o Ucrania”.

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