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Los conservadores franceses buscan seducir a la extrema derecha tras la inhabilitación de Marine Le Pen

Los conservadores franceses buscan seducir a la extrema derecha tras la inhabilitación de Marine Le Pen

El partido Los Republicanos elegirá un nuevo líder en las primarias de este fin de semana y sus líderes quieren creer que la condena de Marine Le Pen abre una nueva etapa en la lucha por el electorado más conservador

La apuesta de Macron por la derecha fracasa en tres meses y sume a Francia en el caos

Al antiguo partido de Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac le gustaría poner fin a la travesía del desierto en la que está inmerso desde hace ocho años.

La formación que se llama hoy Los Republicanos (LR) fue bajo diferentes siglas la fuerza hegemónica en la derecha francesa desde finales de los años 70 hasta 2017. Ese año, los escándalos de corrupción y las luchas internas abrieron un periodo de declive electoral del que la derecha tradicional francesa no ha sido capaz de recuperarse.

LR se encuentra atrapado en una tenaza entre el centroderecha macronista —principal receptáculo de sus antiguos votantes— y la extrema derecha lepenista, cuya ascensión en las urnas en la última década coincide con la crisis del gaullismo. En 2022, su candidata a las presidenciales, Valérie Pécresse, no alcanzó el 5% de los votos, y en las dos elecciones de 2024 (europeas y legislativas) el partido se situó alrededor del 8%.

La formación tocó fondo el verano pasado, cuando su entonces presidente, Éric Ciotti, anunció, para sorpresa general, una alianza con Marine Le Pen de cara a las legislativas. La decisión unilateral de Ciotti provocó una profunda crisis y dejó secuencias esperpénticas como el encierro del presidente en su despacho. Finalmente, Ciotti fue expulsado de LR y hoy está a la cabeza de una pequeña formación de extrema derecha que se ha convertido en un satélite parlamentario de la Agrupación Nacional (RN) de Le Pen.

Un ministro del Interior con popularidad

A pesar de todo, los actuales líderes de LR quieren creer en la posibilidad de recomponer el electorado que en otro tiempo los llevó a gozar de amplias mayorías en la Asamblea Nacional francesa. Para ello, cuentan con el impacto de la reciente inhabilitación de Marine Le Pen y con la creciente popularidad del ministro del Interior, Bruno Retailleau, que aspira a erigirse en líder de la formación y en su candidato para la próxima elección presidencial.

Retailleau empezó su carrera en la derecha ultraconservadora y tradicionalista de Philippe de Villiers (fundador del parque temático Puy du Fou, donde Retailleau trabajó como voluntario y después como empleado). Fue el primer diputado del Movimiento por Francia, el partido creado por De Villiers en los años 90, antes de abandonar a su mentor —marcando una ruptura personal entre ambos— para seguir su carrera política en Los Republicanos.

De sus años pasados con Philippe de Villiers, Retailleau mantiene las mismas posiciones sobre la mayoría de cuestiones sociales, como el aborto (el año pasado votó en contra de la protección constitucional). También tiene una obsesión con la inmigración, en la que ve una amenaza para la seguridad de los franceses y su concepción sobre la identidad de la nación, en particular por la llegada de personas de confesión musulmana.

Entró a formar parte del Gobierno el pasado otoño, primero como parte del efímero Ejecutivo de Michel Barnier, y fue mantenido en el cargo cuando François Bayrou relevó a Barnier en diciembre. En un Gobierno frágil, en el que una coalición de centristas y conservadores se mantiene en minoría bajo la amenaza constante de una moción de censura, Retailleau ha gozado de suficiente libertad para avanzar su cruzada antiinmigración, protagonizar titulares y crecer en las encuestas.

Desde la cabeza del Ministerio ha endurecido las condiciones de regularización y naturalización de los extranjeros, y ha entablado varios pulsos con las autoridades argelinas, a las que acusa de “insultar a Francia” y de no cumplir sus obligaciones en materia de recepción de ciudadanos con orden de expulsión.

“El Estado de Derecho no es sagrado”

Su celo en avanzar en políticas migratorias represivas le ha llevado incluso a cuestionar las decisiones del Consejo Constitucional cuando éste ha bloqueado disposiciones contra la regulación migratoria. Retailleau ha llegado a afirmar que, en su opinión, el “Estado de Derecho no es ni intangible ni sagrado” y que la verdadera “fuente del Estado de Derecho es la democracia, el pueblo soberano”.

Acusado por los partidos de izquierda de plagiar el discurso de la extrema derecha, Retailleau asume totalmente su línea de actuación. “Todas las polémicas me han sido útiles”, afirmó recientemente en un acto del partido. “Me han permitido pasar por encima del mundillo mediático-político y dirigirme directamente a los franceses”.

“Hoy LR y Agrupación Nacional se diferencian muy poco en cuestiones de soberanía, en particular en lo relativo a inmigración, seguridad y la relación con el Islam”, señala Emilien Houard-Vial, doctor en Ciencias Políticas y profesor e investigador asociado temporal en la Universidad de Versailles-Saint-Quentin. “Es el resultado de la radicalización ideológica llevada a cabo por Los Republicanos desde 2007 durante la campaña de Nicolas Sarkozy”.

En aquella campaña electoral, Sarkozy logró atraer a una parte de los electores que habían votado por Jean-Marie Le Pen en 2002 con un discurso muy centrado en el nacionalismo y la seguridad. Para ello contó con la ayuda de Patrick Buisson, historiador, partidario de la unión entre la derecha y la extrema derecha, y responsable de la creación del Ministerio de la Inmigración, la Integración e Identidad Nacional durante el mandato de Sarkozy (2007-2012).

Recuperar el terreno perdido

De cara a 2027, Retailleau aspira a recomponer el electorado que diez años antes parecía destinado a llevar a François Fillon (primer ministro en los años de Sarkozy) a la presidencia de Francia: una alianza entre conservadores católicos y liberales económicos. Pero los escándalos de corrupción que estallaron en los meses previos a la elección –y que le han valido una condena judicial por malversación de fondos públicos– fueron minando la campaña de Fillon, de la que Retailleau era director, hasta conducirle a la eliminación en la primera vuelta.

“Hoy LR ya no encarna el gran partido pluralista que iba del centroderecha a la derecha conservadora; sus sucesivos dirigentes han fomentado su encogimiento ideológico junto a su encogimiento electoral”, analiza Houard-Vial, que es especialista en ideología de los partidos políticos y en la derecha francesa. “Han seguido aferrándose a la idea de que la salvación estaba en un discurso que girase cada vez más hacia la extrema derecha, a pesar del fracaso reiterado de esta estrategia”.

Los líderes de LR, por su parte, quieren creer que la condena de Marine Le Pen abre una nueva etapa en la lucha por el electorado más conservador. Aunque lo cierto es que las encuestas sitúan a Bardella por delante de cualquier candidato conservador y que, de hecho, el presidente de Agrupación Nacional (RN) tiene una mejor imagen que su mentora ante las élites económicas. “Los dirigentes de LR siguen presentando el programa económico de RN como un programa de izquierda radical, cuando en realidad es más bien moderado y ambiguo. El trabajo que Marine Le Pen y Jordan Bardella realizan desde hace tiempo con el mundo económico podría complicar esos argumentos de la derecha”, explica Emilien Houard-Vial.

En cualquier caso, antes de afianzarse como candidato, Retailleau debe confirmar que tiene el apoyo del partido. El domingo 18 de mayo, los afiliados están llamados a las urnas en unas primarias en las que elegirán al nuevo presidente de la formación, vacante desde la salida de Ciotti. Su principal rival es Laurent Wauquiez, presidente de la región Auvernia-Alpes-Ródano, que en los últimos años se perfilaba como principal favorito a ser el candidato de la derecha en los comicios presidenciales de 2027.

De hecho, Wauquiez aspiraba a ocupar el cargo de ministro del Interior, pero en las negociaciones entre Barnier y los macronistas, estos últimos vetaron su acceso a una cartera que se percibe como posible trampolín para el Elíseo. A Wauquiez se le ofreció entonces Economía —que rechazó— y el cargo acabó en Retailleau, quien no parecía tener grandes posibilidades de cara a 2027.

Pero la evolución de las encuestas ha modificado la proyección de Retailleau dentro de LR. Wauquiez no tira la toalla y desafiará al ministro del Interior en las primarias del partido que se celebrarán este domingo. Para contrarrestar la ascensión de su rival, se ha lanzado en una carrera para ver quien propone las medidas más represivas contra la inmigración. El mes pasado sugirió enviar a los extranjeros peligrosos con una orden de expulsión a San Pedro y Miquelón, un pequeño archipiélago de islas francesas frente a las costas de Terranova, con menos de 6.000 habitantes.

“La credibilidad de la que goza Bruno Retailleau entre los votantes de derechas no significa, como ya apuntan los primeros sondeos de cara a 2027, que pueda traducirse en un gran éxito electoral”, augura Houard-Vial. “La cuota electoral del 5-10% se ha mantenido estable desde 2019. LR podría recuperar algunos votantes macronistas (a pesar de su discurso radical) pero es bastante optimista pensar que una fuerza centrista tan importante desaparezca tras el final del mandato de Emmanuel Macron. En política siempre es difícil asegurar algo con total certeza, pero los líderes de Los Republicanos no parecen disponer de los argumentos ni de la perspectiva necesarios para salir del nicho electoral en el que se han metido”.

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