En una imagen poco habitual, el Consejo de Seguridad de la ONU se unió este martes para respaldar la puesta en marcha del Comité Constitucional sirio y apoyar una salida negociada a la guerra en el país árabe.
Los quince países del Consejo de Seguridad aprobaron por consenso una declaración en la que dan la bienvenida al acuerdo cerrado el mes pasado sobre la formación del Comité, que comenzará a trabajar en Ginebra a partir del 30 de octubre con miembros del Gobierno de Damasco, de la oposición y representantes de la sociedad civil.
"La puesta en marcha de un Comité Constitucional de propiedad y liderazgo sirio debe ser el principio del proceso político para terminar el conflicto en Siria", señaló el máximo órgano de decisión de la ONU.
Los miembros del Consejo de Seguridad también reiteraron la validez de su resolución 2254, aprobada en 2015 y que fija los parámetros de una salida negociada a la guerra.
El Comité Constitucional, formado por 150 miembros, debe encargarse de redactar un borrador para una nueva Carta Magna y es visto por Naciones Unidas como un paso clave para una paz sostenible en el país.
Aunque no añade grandes novedades, la declaración de este martes es una muestra de consenso sobre Siria muy poco habitual desde hace años en el Consejo, donde Rusia y las potencias occidentales mantienen posturas enfrentadas.
Moscú, el gran aliado del Gobierno de Bachar al Asad, ha utilizado repetidamente su poder de veto para frenar iniciativas de otros países sobre siria y proteger a Damasco.
Mientras tanto, varios miembros del Consejo de Seguridad expresaron este martes su preocupación por la situación en el noreste de Siria, donde se espera una inminente intervención de Turquía contra fuerzas kurdas tras la salida de las tropas estadounidenses.
En declaraciones a los periodistas, el embajador francés Nicolas de Riviére avisó de que esa operación puede tener un "impacto humanitario significativo" en la región y tener consecuencias en la lucha contra el Estado Islámico.
"La lucha contra Daesh no se ha terminado", insistió el diplomático, recordando la existencia de células ocultas tanto en Siria como en Irak, más allá de los miles de prisioneros custodiados hasta ahora por fuerzas kurdas y cuyo futuro es incierto.
El representante de Alemania, Christoph Heusgen, aseguró que los últimos acontecimientos en la zona son "muy preocupantes" y alertó de que cualquier operación militar allí puede tener "consecuencias desastrosas".