El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, abogó hoy por resolver todos los problemas en el noreste de Siria mediante el diálogo entre los kurdos y el Gobierno sirio a fin de conseguir la seguridad en la frontera turco-siria.
"Nuestra postura es inequívoca: todos los problemas en esta zona deben resolverse a través del diálogo entre el Gobierno de Damasco y representantes de las comunidades kurdas", señaló Lavrov en una rueda de prensa, al ser preguntado por la inminente ofensiva militar turca contra las milicias kurdosirias en el noreste de Siria.
Acompañado por su homólogo kazajo, Mujtar Tleuberdí, con quien se reunió este miércoles en Nur-Sultán, Lavrov dijo que Rusia está en contacto con el Gobierno sirio y también con la comunidad kurda, y recordó que el martes funcionarios de Damasco y representantes kurdos dijeron estar listos para el diálogo.
"Las negociaciones son la única manera de establecer la seguridad en la frontera turco-siria", enfatizó el jefe de la diplomacia rusa, quien además aseguró que Moscú "hará todo lo posible para promover el inicio de un diálogo directo sustantivo".
"Esperamos que (ese diálogo) sea apoyado por todos los principales actores externos", dijo.
Lavrov explicó además que en su conversación telefónica con su homólogo turco, Mevlüt Çavusoglu, éste le aseguró que Ankara respetará la soberanía e integridad territorial de Siria.
El ministro ruso de Exteriores también acusó a EE. UU. de mantener una postura "contradictoria" en Siria y de ser "incapaz de negociar" una solución al conflicto en el país árabe.
Rusia ha acusado en repetidas ocasiones a EE.UU. de ocupar ilegalmente territorio sirio con su base militar en Al Tanf, en una zona de influencia donde también se encuentra el campamento de refugiados sirios de Rukban, que Damasco y Moscú quisieran evacuar con ayuda de la ONU.
EE. UU. ha decidido retirar ante el inminente ataque turco las tropas que quedaban en Siria. Las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG) han servido de aliados a Washington en la lucha contra el Estado Islámico.
Ankara considera terrorista a las YPG por sus vínculos con el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía, y quiere acabar con la administración autónoma que las milicias kurdas han establecido en el norte de Siria.