La cúpula directiva internacional de Human Rights Watch (HRW) visitó por primera vez en su historia Brasil y, tras un detallado análisis, expresó su "profunda preocupación" por el retroceso de los derechos humanos en los diez meses de Gobierno del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
El fomento de la impunidad entre los agentes policiales, la embestida de Bolsonaro contra las ong -a las que llegó a acusar de estimular los incendios de la Amazonía- o la cruzada emprendida por el Gobierno contra la llamada "ideología de género" han encendido las alertas en HRW.
Durante varios días, una comitiva integrada por 60 personas, entre ellos 21 directivos de HRW, cumplieron una intensa agenda en Brasil, que incluyó reuniones con importantes líderes políticos, como el presidente del Congreso, Rodrigo Maia, o el canciller brasileño, Ernesto Araújo, así como visitas a presidios y conversaciones con diversos actores de la sociedad civil.
Tras su visita, la conclusión de HRW fue contundente: "Bolsonaro ha subestimado los derechos humanos" en diversos frentes, entre ellos en el área de seguridad pública, según explicó este miércoles el presidente de la ong, Kenneth Roth, tras participar en una rueda de prensa en Sao Paulo.
A su juicio, la retórica incendiaria de Bolsonaro y de otros políticos, como el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, ha dado vía libre a algunos policías para torturar y llevar a cabo "ejecuciones sumarias".
En ese sentido, HRW destacó que el 40 % de los asesinatos de Río de Janeiro en los primeros meses del año fueron cometidos por agentes policiales.
"Esa luz verde para el uso excesivo de fuerza letal es un desastre para la seguridad pública y para los propios policías, cuyas vidas Bolsonaro supuestamente intenta proteger. Es una retórica dura, pero poco inteligente", agregó Roth.
La ONG de defensa de derechos humanos también criticó los intentos del líder ultraderechista por restringir la participación de la sociedad civil o su esfuerzo por menguar el combate a la tortura, entre otros aspectos.
"Él siempre abrazó y apoyó dictaduras de América Latina. Siempre elogió torturadores de otros países y de Brasil", subrayó Roth durante la rueda de prensa.
El presidente de HRW aludió así a los elogios públicos del mandatario a Alberto Brilhante Ustra, quien fue jefe en Sao Paulo del organismo castrense señalado de torturar hasta la muerte a varios presos políticos durante ese periodo, o su declarada admiración por el dictador chileno Augusto Pinochet.
La organización también puso sobre la mesa la impunidad de la que disfrutan las redes mafiosas que operan en la Amazonía brasileña, alentadas ahora por el discurso de Bolsonaro, partidario de la explotación económica de la mayor selva tropical del mundo y de la legalización de la minería en tierras indígenas.
La denuncia de HRW coincide con la realizada recientemente por el Consejo Indigenista Misionero (Cimi), vinculado al Episcopado de la Iglesia católica y que documentó que en lo que va de 2019 las invasiones de tierras indígenas en Brasil subieron un 44 %.
En ese sentido, Roth alertó que la democracia brasileña no depende tan solo de las elecciones, sino del respeto de las leyes y de los derechos humanos.
"Es muy importante reconocer que una elección no da licencia para violar derechos humanos. Él no está por encima de la ley. Muchos autócratas intentan colocarse por encima de la ley, es así que surgen los dictadores", puntuó.
A pesar de las duras críticas proferidas contra el Gobierno de Bolsonaro, el presidente de HRW reconoció que Brasil goza de una democracia "saludable" con instituciones sólidas, pero recalcó que es necesario evitar que se siga el camino de otros países como Hungría, Turquía o Rusia.
"¿Brasil va a continuar siendo una democracia fuerte o va a abrazar la retórica contra los derechos humanos?", cuestionó.
Alba Santandreu