La ONU llamó este martes a detener la violencia registrada en Bolivia tras las elecciones presidenciales del domingo y pidió resolver cualquier diferencia en torno al resultado de los comicios a través de las vías constitucionales.
"Urgimos a todos los líderes políticos y a sus seguidores a reducir la tensión, evitar actos de violencia y seguir los medios legales para resolver disputas electorales", dijo el portavoz Stéphane Dujarric en su conferencia de prensa diaria.
Dujarric apeló directamente a los bolivianos para que actúen con contención y "mantengan el admirable espíritu cívico demostrado con su participación en estas elecciones".
El portavoz aseguró que la ONU está siguiendo de cerca la situación y está preocupada por los incidentes violentos registrados en el país.
Según recordó, Naciones Unidas no participó en el proceso electoral, por lo que no puede comentar directamente sobre las sospechas de fraude.
Dujarric dijo, eso sí, que la organización está al corriente de las declaraciones de las autoridades electorales y de los observadores internacionales y apuntó que, como regla general, la ONU está dispuesta a ayudar a resolver la situación si así se lo solicitan las partes.
Está previsto que el recuento de votos en Bolivia continúe este martes, en una jornada que ha comenzado en calma tras los incidentes de anoche por las sospechas de un intento de fraude.
El cómputo oficial se encuentra al 74,57 % del escrutinio, con un 42,3 % de sufragios para el presidente, Evo Morales, y un 41,72 % para el opositor Carlos Mesa.
Estos porcentajes no alcanzan el 50 % o el 40 % con diez puntos de diferencia sobre el segundo más votado necesarios para ser proclamado vencedor en la primera vuelta, por lo que, de mantenerse, ambos irían a una segunda ronda previsiblemente en diciembre.
La difusión anoche por el Tribunal Supremo Electoral de un conteo provisional paralelo, no oficial, que daba a Morales la victoria en la primera vuelta, pese a que el domingo se había detenido el recuento cuando apuntaba a una segunda vuelta con Mesa, desencadenó protestas que se volvieron violentas en gran parte del país.
La misión de observadores de la Organización de los Estados Americanos calificó de "inexplicable" ese cambio de tendencia y advirtió de que "genera pérdida de confianza en el proceso electoral".
La embajada de Estados Unidos en Bolivia pidió al tribunal electoral que "actúe inmediatamente para restaurar la credibilidad en el proceso de conteo de votos", a la vez que alertó a sus nacionales para que eviten verse afectados por episodios de violencia como los de la pasada noche.