Tras pasar tres días ingresado en el hospital, Tyre Nichols, un joven afroamericano de 29 años, murió de una paliza mortal que le propinaron cinco agentes de policía en Memphis el pasado 7 de enero cuando se dirigía a casa de su madre.
Un análisis del New York Times revela que el fallecido recibió 71 órdenes de los agentes en un periodo de 13 minutos, muchas de ellas simultáneas, contradictorias e imposibles de cumplir. Le pedían mostrar sus manos cuando estos se las estaban sujetando, le pedían tumbarse en el suelo cuando ya lo estaba y le pedían recolocarse cuando estos tenían control sobre su cuerpo.