España va a pedir a la UE que la futura reforma del mercado eléctrico a escala europea permita imponer precios fijos a largo plazo para la energía nuclear e hidráulica, de forma que se eviten los denominados beneficios caídos del cielo de estas tecnologías gracias al diseño actual del mercado marginalista, en el que el precio de mercado lo determina la oferta más cara que permite satisfacer la demanda.
La propuesta, recogida en un informe presentado este martes al Consejo de Ministros, persigue “que los consumidores de hoy se puedan beneficiar del menor coste de la energía del presente y el futuro que representan las renovables”, desde el punto de vista de la “equidad”, reduciendo la volatilidad del mercado y dando “estabilidad” a los inversores, ha señalado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.