Para más inri, la respuesta de los testigos de este tipo de casos, era justificarle: "¡No pasa nada, es Gérard!". El diario recoge que el "ambiente sexualizado y misógino" presente en los rodajes permitía que el actor pudiera actuar de forma impune, ya que estos comportamientos se repetían delante de otros miembros del equipo. El actor no ha querido responder directamentetr al medio francés, pero sus abogados han declarado que "niega formalmente todas las acusaciones que puedan ser juzgados". Le describen como "un caballero al que le gusta cortejar, opuesto a toda forma de violencia y extremadamente púdico en materia sexual".
Una de las mujeres que le ha acusado es Lyla (nombre ficticio), que tenía 24 años cuando comenzó a trabajar en la película Big House, dirigida por Jean Emmanuel Godart en 2014. En ella, el intérprete encarnaba al dueño de un burdel. "Sin previo aviso, Gérard Depardieu me metió la mano debajo del vestido. Sentí sus dedos tratando de llegar hasta mis bragas", afirmó. La actriz compartió que, incómoda, "le apartó la mano. Pero siguió. Se puso agresivo, intentó quitarme la ropa interior y tocarme: entendí que aquello no formaba parte de su personaje. Si no le hubiera parado, lo habría conseguido".
Años después de lo ocurrido, la joven consultó a un abogado, pero no inició acciones legales porque pensaba que los hechos habían prescrito. Tras la entrevista que concedió a Mediapart el pasado mes de marzo, decidió transmitir su testimonio a la justicia francesa para apoyar a Charlotte Arnould, la actriz por la que fue imputado en 2021. "Me niego a ser parte del problema permitiendo este tipo de comportamiento por permanecer en silencio", explicó.
La película L'autre Dumas (2010) y la serie de Netflix Marseille (2016-2018) son otras de las producciones en las que, según el medio francés, se produjeron los episodios de violencia sexual.