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Rigoberta Bandini: "Es bonito que los artistas normalicemos parar y que no juzguemos a los que no lo hacen"

Lo hizo en un programa especial de La Resistencia grabado en Ibiza, donde reveló la gran sorpresa. Aquel había sido 'su' año. Su participación en el primer Benidorm Fest había convertido Ay mamá en un himno feminista–al que posteriormente sumaría Perra– y había agotado entradas de su gira 'Rigo Tour'.

Tres años después, en los que aunque ha estado alejada de los escenarios le ha dado hasta para ganar un Premio Goya por la canción Yo solo quiero amor que compuso para la película Te estoy amando locamente; ha vuelto con un nuevo disco, Jesucrista Superstar, compuesto por 22 temas. Pronto comenzará a recorrer España de nuevo, a bordo del 'Jesucrista Superstar Tour', para el que avanza “más música en directo y teatralidad” que servirán para reflejar el “detalle, risa y matiz” que caracteriza su recién estrenado trabajo discográfico.

Han pasado más de dos semanas desde que lanzara su disco, pero en su newsletter reconocía que le estaba costando “soltarlo”, ¿cómo es 'el después' del lanzamiento de los álbumes?

Hay que soltar y disfrutar, recoger los frutos de mucho trabajo. Estoy aprendiendo a ello, que a veces no es fácil, porque estaba tan en el mood, en la dinámica de trabajo, trabajo, trabajo, que ahora hay un punto de recibir. Y cuando te dejas llevar es muy placentero.

Rigoberta Bandini, durante su actuación en los últimos Premios Goya Rigoberta Bandini, durante su actuación en los últimos Premios Goya

Decía también que fue complicado imaginar el parón y verse retomando componer canciones, pero al final le han salido 22, desde una dedicatoria a Pamela Anderson a la reivindicación de comer espaguetis.

Siento que mi disco es un reflejo del desorden de mi cabeza. Soy bastante así, y el trabajo refleja este caos, pero sí que es verdad que en este caos hay una coherencia. Es que el propio caos ya es una identidad, y creo que es algo muy de nuestra generación de chicas. Está muy a la orden del día vivir en el límite entre la locura y la cordura. Es un collage de millones de imágenes y emociones.

Es verdad también que no soy muy purista en cuanto a ningún género musical. En el estudio me dejo llevar por lo que me apetece que suene en ese momento, y eso me lleva a que haya desde una medio bossa nova a que no me dé miedo explorar una electrónica muy agresiva. Siento que desde que el proyecto nació he ido fluyendo en muchos géneros y eso me divierte.

Mi disco es un reflejo del desorden de mi cabeza. El propio caos ya es una identidad, y creo que es algo muy de nuestra generación de chicas. Está muy a la orden del día vivir en el límite entre la locura y la cordura

Rigoberta Bandini — Cantante y compositora

Está en el título, Jesucrista Superstar, y dentro del disco hay varias referencias a Dios. ¿Qué importancia tiene para usted la religión?

La religiosidad del título es un poco anecdótica porque juego con eso más desde el musical pop que desde la Biblia. No me interesa tampoco meterme en esos jardines. Simplemente, sí que hay una parte mía muy espiritual, que está en muchas de mis letras, que para mí es un motor bonito y bello que me conecta con algo misterioso, profundo, que me ayuda a componer.

Siempre va a haber espiritualidad en mi música y, en este caso, además está el guiño de lo que estoy explicando, de que Jesucrista Superstar tiene las dos caras. La Jesucrista, que sería la parte más espiritual, y la Superstar, más hacia fuera, con esa necesidad de ser vista, esa facilidad para performar; pero también con la cara B de esa parte que son a veces inseguridades y necesidad de validación externa.

¿Cómo conviven en usted?

Con una contradicción constante, que también es un motor para componer. Es algo que me genera mucho rechazo de mí, pero en este álbum he decido abrazarlo. Me parece más bonito aceptar la contradicción, exponerla, explicarla, porque realmente no hay nadie que no sea contradictorio. Hay una contradicción en el mismo título del álbum, y yo siento una contradicción muchas veces en mí en muchísimos aspectos de mi vida.

Rigoberta Bandini, tras ganar el Goya a Mejor canción original por Rigoberta Bandini, tras ganar el Goya a Mejor canción original por 'Te estoy amando locamente'

En una carrera en la que Perra o Ay, mamá son considerados himnos feministas, ¿cree que ha cambiado el concepto para erigirse como tal?

Todas las personas vamos mutando todo el rato. Cuando me senté a componer este álbum fui muy fiel a las temáticas y las cosas que me aparecían en la cabeza. Mirando atrás, sí que siento que era también otra persona hace cinco años cuando compuse Perra y In Spain We Call It Soledad. Mi vida va mutando, va cambiando, y yo también voy componiendo canciones diferentes según el momento de mi vida en el que esté. Y creo que es natural, ojalá que me pase siempre. Me parecería muy aburrido estar siempre en el mismo punto.

En 2022, no fue la primera, pero sí que “abrió” una veda de este tener que dar explicaciones para decir: “Paro”, “nos separamos”, “me alejo un tiempo de los escenarios”. ¿Qué está pasando? ¿Es buena señal porque significa que pueden decirlo, pero que a la vez se ha convertido en una necesidad que lo hagan?

Totalmente. No haría falta ni decirlo. Y hace años creo que no se decía, pero ahora mismo dejar de hacer conciertos tres años como he estado yo, es una cosa que choca mucho con las leyes de la industria; que son que si estás arriba, aprovéchalo, súbete, exprímelo, saca una cosa nueva cada día. Pienso que al final lo bonito es que cada artista escuche su momento.

Si tuviera 20 años igual no pararía en cinco, y estaría feliz, pero también tengo que ser fiel al momento en el que estoy, con 34, con una tranquilidad y unos valores que me han cambiado. Quiero disfrutar mucho de este trabajo, pero quiero tomármelo con calma. Es muy bonito que muchos artistas lo podamos ir normalizando, que ya no pueda ser ni noticiable, y sobre todo que no juzguemos a los que no paran. No me parece que haya que juzgar nada.

Brindis habla de cómo estos pueden transformar el odio en amor. Inmersos en tiempos tan polarizados, ¿sería una solución para acercar a políticos o sectores que viven enfrentados, para juntarlos algo más?

Sí. Es una sátira, como si yo tuviera una especie de enemiga a la que invito a casa a cenar. Al principio empieza un poco más tóxica diciendo: “Te pongo cianuro”. Pero a medida que avanza te das cuenta de que incluso de los enemigos podemos ser amigos. Tengo la teoría de que haciéndome una cerveza con cualquier persona del mundo, esa persona me caería bien. Obviamente, después hay una cosa de valores, de ética. Hay ideas con las que no quiero comulgar por tozudez, porque pienso que hay que resistir en ciertas cosas; pero en realidad, si bajamos todo el ego, creo te podrías echar una cerveza con cualquier persona y entenderte.

Al final hay una cita de: “Transforma el odio en amor, construye un mundo mejor”. Me hacen mucha gracia los 'corillos' que dicen: “Vamos, tú puedes. No te escaquees”. Porque es buscarle un punto de humor. Es que no puede ser tan difícil. No puede haber tantos muros entre nosotros. Ahora todo son buenos o malos.

Al mismo tiempo es verdad que veo muchas cosas en la política que me dan mucho miedo, de ver que hay personas que son malas. Es difícil no separar porque hay cosas con las que no estás de acuerdo y lo tienes muy claro, pero al mismo tiempo dices “ojalá el mundo no estuviera tan dividido”. Es otra contradicción que tengo. Decir “venga va, seamos todos amigos”, pero, por otro lado, esa otra vocecilla interna que dice “qué va, yo no puedo ser amiga de esta persona, que está vulnerando unos derechos humanos en los que yo creo”.

Menciona en otra de las canciones el concepto ‘periodismo Art Attack’, ¿cómo es su relación con la parte no musical y que tiene que ver con la prensa de su carrera?

Cuando hablo de periodismo Art Attack hablo de una cosa generalizada que no solo está en el periodismo, sino que es este corta y pega de Internet, el clickbait, la velocidad a la que van las cosas de las cuales todos somos víctimas y usuarios. Todos somos cómplices de una cosa que se aleja mucho de la realidad y que solo genera morbo.

Siempre digo que tengo mucho que agradecer a todos los periodistas de este país porque yo no tengo discográfica y cuando empecé el proyecto me apoyaron muchísimo todos, tanto los periódicos importantes como los que no lo son, como los periodistas musicales. No siento ningún odio hacia el gremio. Pero sí que en esta frase reivindico esta cosa de dejar de 'art attackear' todo, desde los usuarios hasta los que suben las noticias. Dejar de formar parte de esta cadena de consumo tan colorida y profundizar un poco más en las cosas importantes.

El periodismo 'Art Attack' es el corta pega de Internet, el clickbait y la velocidad de la que todos somos víctimas y usuarios

Rigoberta Bandini — Cantante y compositora

¿Hay algo que eche en falta? Por concretar a qué se refiere con estas “cosas importantes”, si hace referencia al tipo de preguntas que se le hacen, por ejemplo.

No lo enfoco tanto en mí, sino que en el mundo generalmente, cuando tú abres Internet, todo son colores, imágenes y sensacionalismo. Cuando estás fuera, eres también una consumidora, pero cuando eres parte de ese sensacionalismo, lo acusas mucho más.

En sus canciones habla de cosas que son muy del día a día, como el 'pito' de los hombres, algo que no hemos escuchado mucho, ¿podía faltar una referencia así?

Nos enamoramos mucho de la infantilización de esta palabra. 'Pito' nos parecía una palabra muy infantil. Era gracioso hablar de este deseo tan adolescente y carnal hacia una persona, y después hablar de su miembro viril como pito. Como que de repente también desmontaba el personaje y toda la supuesta masculinidad de estatua griega que habíamos construido. En este caso es verdad que no me ciño mucho a la realidad porque creo que no conozco a nadie que diga pito por la calle, aparte de mi hijo de cuatro años. Pero bueno, a veces también es divertido jugar con el lenguaje para generar imágenes un poco extrañas.

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