Construir la escuela pública Lluís Vives en Castelldefels (Barcelona) no fue fácil. Su solar tenía dos problemas: la proximidad a las vías del tren, cuyo traqueteo no parecía la mejor de las melodías para los niños, y la exposición ante el vecindario que bordeaba la zona. El edificio tenía que ser la respuesta a una necesidad: la de poder educar a los más pequeños sin mayores problemas externos. Al final se consiguió.
La arquitecta Carme Pinós (Barcelona, 1954) dispuso el edificio de tal forma que actuaba de barrera acústica.