El nuevo Gobierno de Kosovo, que subió al poder el pasado miércoles, canceló hoy las restricciones al comercio con Serbia impuestas hace más de un año y medio, para facilitar la reanudación del diálogo con Belgrado paralizado por esas medidas.
"Hemos tomado una importante decisión para eliminar los obstáculos para la continuación del diálogo", declaró en Pristina el primer ministro kosovar, Avdullah Hoti, citado por el portal kosovar Koha.
La decisión "es el resultado de la coordinación con los socios internacionales", añadió el jefe de Gobierno.
No obstante, advirtió de que, si el diálogo con Belgrado "no da los resultados esperados", Kosovo analizará nuevamente su postura como Estado soberano.
Pristina impuso en noviembre de 2018 aranceles del 100 % a la importación de productos serbios, una medida que ha paralizado las arduas negociaciones para normalizar las relaciones entre Kosovo y Serbia que tienen lugar bajo el amparo de la Comisión Europea (CE).
Tanto Estados Unidos como la UE han exigido a Pristina levantar dichos aranceles, pero el Gobierno del ultranacionalista Albin Kurti, que cayó a fines de marzo por moción de censura, condicionaba la anulación de la medida al reconocimiento de la independencia de Kosovo por Serbia en los documentos comerciales.
En Belgrado, el director de la Oficina gubernamental para Kosovo, Marko Djuric, calificó de "correcta" la decisión adoptada hoy por el Ejecutivo de Hoti.
En un comunicado en el que lamentó "el daño incalculable" que ha causado el bloqueo, Djuric pidió a los empresario de ambas partes "aprovechar la oportunidad".
La normalización de las relaciones entre Pristina y Belgrado en un acuerdo vinculante es un requisito exigido por la Unión Europea (UE) a los dos países para avanzar hacia el aspirado objetivo de integrarse en el club comunitario.
La antigua provincia serbia de Kosovo proclamó unilateralmente su independencia en 2008, que Belgrado no reconoce.
Hasta ahora, la soberanía del joven país ha sido reconocida por un centenar de países, entre ellos Estados Unidos y la mayoría de los socios europeos, pero no por Rusia, China, España y otros.