Una conversación con cuatro emprendedores que han sabido adaptarse a la digitalización del mundo empresarial sin perder su esencia mediante la atención personalizada y la creación de vínculos que van más allá de la pantalla
En un mundo en el que la digitalización ha transformado la manera en que compramos y nos relacionamos con los negocios, hay emprendedores que han sabido equilibrar la innovación con la cercanía. Frente a la impersonalidad del comercio masivo y la automatización del servicio al cliente, algunos empresarios han apostado por modelos que combinan tradición y modernidad, adaptándose a los cambios sin perder la esencia del trato humano.
La primera en compartir su experiencia con el público que seguía el evento desde la propia redacción de elDiario.es y a través de la retransmisión vía streaming fue Sol. Como representante de la librería más antigua de España, destacó que la proximidad es un pilar esencial para el éxito y la sostenibilidad de su negocio. Con 175 años de historia, este establecimiento “ha evolucionado sin perder la esencia del trato humano y la cercanía con sus clientes”, explicó. De hecho, en un mundo cada vez más digitalizado, Sol enfatizó que “la innovación no está reñida con la tradición”, por esta razón “desde la venta online hasta un intento de vender libros electrónicos, nuestro objetivo ha sido siempre mantenernos al día con las tendencias sin descuidar el vínculo con los lectores”. Desde su punto de vista, “cada cliente no es solo un número, sino una persona con intereses específicos a la que hay que conocer y ofrecerle una experiencia personalizada”. En este sentido, señaló que “la clave de la longevidad de este negocio radica en la conexión emocional con la comunidad, algo que no puede ser reemplazado por ninguna tecnología”.
Por su parte, Lluc es un maestro de la piedra en seco —conocido como marger—, un oficio que lleva enraizado en Mallorca desde hace siglos y que él defiende con pasión. Con 27 años de experiencia, su pequeña empresa “se basa en la proximidad y el trato directo con el cliente”, tal y como subrayó. Para Lluc, “la cercanía no es solo una estrategia comercial, sino una necesidad inherente a nuestro trabajo. La construcción en piedra en seco ha sido desplazada por el uso masivo del hormigón, lo que ha llevado a una pérdida de conocimiento en el sector”. “Por ello —continuó—, esta labor incluye una fuerte vertiente pedagógica: educar a los clientes sobre la sostenibilidad y la rentabilidad de esta técnica”. Asimismo, aseguró que “el pequeño empresario no solo es artesano, sino también comercial, asesor y divulgador”. Sobre esta cuestión reconoció que “la digitalización, a pesar de ser ajena a la tradición de este oficio, es una herramienta clave para acercar el trabajo a un público más amplio sin perder la esencia del trato personalizado”. A través de su página web y las redes sociales, Lluc muestra su trabajo, comparte su conocimiento y destaca la importancia de preservar un legado que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El caso de La Tanina es distinto, pero tiene puntos en común. Mireia ha encontrado en la digitalización una forma innovadora de acercarse a su comunidad, a pesar de la distancia física. Desde su canal de YouTube y redes sociales, ha creado “un espacio de divulgación sobre la agricultura doméstica y soberanía alimentaria”. Un proyecto que “se ha diversificado con iniciativas como el Club de la Semilla, que permite a los miembros recibir mensualmente variedades únicas de semillas”, expuso. Aunque su negocio no cuenta con una tienda física, la proximidad se traduce en “la atención directa a nuestra audiencia: respondiendo comentarios, correos y mensajes en redes, generando una conexión real y humana”, matizó. Esta atención personal, alejada de respuestas automatizadas, “es clave en la construcción de una relación de confianza”. Mireia especificó que “en nuestro desarrollo ha sido clave aprovechar las redes para generar encuentros presenciales”, como la reciente quedada en Madrid con miembros de su comunidad, “reforzando así la cercanía y el compromiso con los seguidores”, precisó, para añadir después que “la organización de grupos locales dentro del Club de la Semilla también fomenta la colaboración y el intercambio de recursos, fortaleciendo aún más los lazos”.
En sus primeras intervenciones de la tertulia, Guillermo explicó por qué Craftelier es un caso paradigmático de cómo la digitalización puede convivir con la cercanía y el trato directo con el cliente. Así, la empresa que representa, “nacida de un pequeño comercio en el centro de León, ha sabido adaptarse a los tiempos, expandiéndose al comercio en línea sin perder la esencia de la atención personalizada”, indicó. A pesar de vender a nivel mundial, “hemos conseguido mantener un fuerte vínculo con la comunidad, tanto en nuestra ciudad natal como en Madrid, donde hemos abierto una tienda física enfocada en bellas artes”, detalló. Pero, en su opinión, “el contacto humano sigue siendo fundamental porque asegura que los clientes reciban atención en su idioma, por ejemplo, o que reciban en cada entrega detalles que refuercen la relación de confianza”. Al mismo tiempo, su apuesta por las redes sociales, la generación de contenido educativo y los eventos presenciales “demuestran que la innovación no está reñida con la proximidad”, recalcó. Este enfoque “nos ha permitido fidelizar a una clientela diversa, incluyendo personas mayores que aún sienten recelo hacia las compras en línea, consolidando así nuestro crecimiento sin perder la esencia”, reiteró.
De derecha a izquierda, Guillermo García de Craftelier, Mireia Altimira de La Tanina, Lluc Mir, Sol Alonso de Librería Hijos de Santiago Rodríguez y Tomás Muñoz Negocios que evolucionan sin perderse en el caminoLos cuatro participantes en la mesa redonda pusieron el foco en la importancia de aunar tradición e innovación, de ser creativos y, al mismo tiempo, respetar la experiencia. En este sentido, más allá de la venta de libros, Sol confirmó que “la librería ha apostado por explorar nuevas vías en la interacción con el público”. ¿De qué manera? “Nuestro local no es solo un punto de venta, sino que es un espacio de encuentro cultural donde se organizan clubes de lectura, eventos temáticos y actividades para niños”, explicó. A través de estos formatos, “hemos logrado fomentar el amor por la lectura en generaciones jóvenes, adaptándonos a un mundo cada vez más visual sin perder la esencia de la experiencia literaria”, aclaró. En paralelo, subrayó “la importancia de mantener el comercio a pie de calle como una forma de sostenibilidad real, promoviendo el consumo local y evitando los impactos ambientales del comercio electrónico masivo”. Tanto es así que, para Sol,“ la proximidad no solo es un valor diferenciador, sino también un compromiso con la comunidad y con el futuro del sector cultural”.
Pero no siempre es sencillo aunar tradición e innovación. Lluc admitió que “la primera puede ser un freno para la segunda. Aunque la piedra en seco ha evolucionado a lo largo de los siglos a base de prueba y error, es fundamental abrirse a nuevas ideas”. Como receta para lograrlo, propuso “conectar con profesionales de otras partes del mundo para explorar aplicaciones creativas para este oficio: desde bóvedas en restaurantes de alta cocina, hasta estructuras experimentales en el extranjero”, relató. Bajo su punto de vista, “la sostenibilidad es el eje del trabajo, ya que la piedra en seco minimiza la huella de carbono, permite el drenaje natural del agua y fomenta el uso de materiales locales”, prosiguió. En cuanto al crecimiento puramente económico, Lluc incidió en que no busca únicamente expandir su empresa, sino “garantizar la calidad del trabajo y formar a nuevas generaciones para que la técnica perdure”. Tras este análisis, Lluc defendió que “la proximidad no solo es una forma de hacer negocios, sino una filosofía de vida que vincula el trabajo artesanal con la autenticidad y el compromiso con la comunidad”.
Algunas de las intervenciones de Mireia también abordaron esta cuestión: “En nuestro caso, no solo enseñamos cómo elaborar un huerto doméstico, sino que también hemos trabajado para desarrollar una forma propia de cultivarlo, adaptando conocimientos de diferentes tradiciones internacionales”, señaló. Su enfoque científico “aporta rigor y fiabilidad al contenido, algo muy valorado por nuestra comunidad”, matizó. Uno de los grandes proyectos en los que La Tanina se ha embarcado es “la recuperación de semillas de zonas en crisis, como Palestina o Tailandia. Esto es innovación orientada en asegurar la pervivencia de especies en peligro de desaparecer”. En el ámbito de la sostenibilidad, Mireia confirmó que “el objetivo es encontrar soluciones creativas, como la reutilización de los posos de café para hacer compost, por ejemplo”. Para llegar hasta dónde lo han hecho ella y su compañero Alan Schollmayer, han tenido que “crecer de manera progresiva y sostenible, reinvirtiendo nuestros primeros ingresos en mejorar la producción y generando empleo a pequeña escala dentro de nuestra comunidad”, aseguró.
Finalmente, a nivel empresarial, Guillermo destacó “la importancia de adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo”, en su caso “apostando nuevamente por el comercio físico sin dejar de lado la expansión digital”, aclaró. La evolución de Craftelier de una pequeña tienda familiar a una compañía con 150 empleados refleja “cómo la combinación de tradición e innovación puede ser clave para el crecimiento sostenible”. Simultáneamente, su compromiso con el desarrollo sostenible se ve reflejado “en la optimización de envases, la utilización de materiales reciclados y la energía solar en sus instalaciones”, enumeró. Pese a todo, Guillermo quiso aprovechar para poner de relieve “las dificultades burocráticas que se encuentran en muchos casos los emprendedores en España” y destacó “la falta de apoyo a los pequeños negocios y la complejidad para iniciar un proyecto”. Sin embargo, para concluir se mostró optimista: “Esperamos abrir más tiendas en los próximos años y consolidar nuestro modelo de negocio, manteniendo el equilibrio entre lo digital y lo presencial”, indicó. Su historia, y la de sus tres compañeros de tertulia, es un ejemplo de cómo la innovación y la creatividad pueden ser pilares fundamentales para el éxito empresarial, apostando siempre por la proximidad con el cliente.