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Bruselas opta por la prudencia en su respuesta a Trump: "Esperamos no usar el bazuca para evitar un 'big bang'"

Bruselas opta por la prudencia en su respuesta a Trump:

Los 27 votan este miércoles el primer paquete de aranceles en respuesta a la tasa del 25% al aluminio y el acero, que entrarán en vigor en tres fases. Bruselas prepara un segundo golpe para contestar al 'Día de la Liberación', pero mantiene la mano tendida a la negociación

La UE reclama a China colaboración para evitar que sus productos inunden el mercado europeo tras los aranceles de Trump

Los 27 votan este miércoles, coincidiendo con la entrada en vigor de los aranceles anunciados por Trump el 'día de la liberación', la adopción de un primer paquete de tasas a EEUU en respuesta a las del 25% al acero y el aluminio que impuso Donald Trump en el arranque de su guerra comercial.

Tras varias semanas de negociación dentro del bloque comunitario, la Comisión Europea ha perfilado el listado de los centenares de productos estadounidenses que tendrán un arancel del 25% (para un puñado de ellos será del 10%).

El equilibrismo en la UE es total entre la apelación a la negociación y la demostración de firmeza al reiterar que “todos los instrumentos están sobre la mesa” para responder a Trump, incluyendo el instrumento anti-coerción que se diseñó tras su primer mandato para combatir el chantaje comercial y que prevé medidas extraordinarias como la restricción de las importaciones y exportaciones o la limitación en la concurrencia a las licitaciones europeas.

“El bazuca sigue sobre la mesa, pero esperamos no tener que usarlo porque intentamos evitar un 'big bang'. Simplemente estamos diciendo: no queremos tener que usarlo, hablemos”, ha resumido el portavoz de Comercio, Olof Gill.

“Hemos estado escuchando muy atentamente a nuestros estados miembros. Queríamos asegurarnos de que la carga se reparte equitativamente entre todos. No estamos en el negocio del ojo por ojo o céntimo por céntimo. Lo hacemos porque nos vemos obligados a ello por las medidas que nos llegan de Estados Unidos. Y seguimos esperando que al final lleguemos a una relación comercial fructífera y mutuamente ventajosa”, afirmó este lunes el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, que abarcó mucho en esa única declaración.

Por un lado, asumía haber sucumbido a la presión. Por otro lado, reconocía que los aranceles de la UE no alcanzarán el valor que se estima al castigo impuesto por Washington, que asciende a entre 360.000 y 380.000 millones de euros. Según los cálculos de elDiario.es en base a las cifras de comercio de 2023, los productos del listado sumaron 24.360 millones de dólares de importaciones de la UE desde EEUU, lo que supondría una recaudación extra de 5.965 millones de dólares. Según la estimación de la Comisión Europea, el paquete afectará a unos 21.000 millones de las importaciones.

Y, además, Sefcovic mantenía la mano tendida a una negociación que pueda llevar a una solución pactada. En la Comisión Europea insisten en que la respuesta será “gradual, calmada, calibrada y específica”. De hecho, la próxima semana se espera que haga una nueva propuesta para responder a los aranceles a los coches que impuso Trump y a los 'aranceles recíprocos' del 20% anunciados el denominado 'Día de la Liberación'. Fuentes comunitarias apuntan a que ese segundo paquete se impulsará si EEUU no ha comenzado “negociaciones reales para entonces”. “Estamos esperando a nuestros homólogos estadounidenses para que se impliquen de manera significativa”, ha apuntado este martes el portavoz de Comercio.

Profundizar en las brechas de EEUU

De hecho, Ursula von der Leyen reveló este lunes que la UE había ofrecido en las conversaciones con EEUU “aranceles cero” a los vehículos y a los bienes industriales, pero que se rechazó en Washington. Con esa jugada, lo que buscaba la presidenta de la Comisión Europea era ahondar en las grietas dentro de la Administración Trump, donde hay distintas sensibilidades. Fuentes comunitarias consideran que esa oferta tiene buen encaje en algunos sectores de EEUU. Divide y vencerás es una estrategia de negociación bastante habitual y una forma de ejercer presión que, en este caso, ha adoptado Bruselas. Está por ver el grado de éxito.

En Bruselas ven, además, más margen para seducir a Trump, como la posibilidad de aumentar las compras de gas de ese país, que es una de sus exigencias, aunque al final son las empresas las que firman los contratos. “La mitad de nuestro gas natural licuado (GNL) ya viene de Estados Unidos y estamos dispuestos a ir más allá, a trabajar con la Administración de Donald Trump, estamos dispuestos a negociar con EEUU”, afirmó la portavoz de Energía, Anna-Kaisa Itkonen.

Lo que rechazan en la Comisión Europea es vincular la solución de la guerra comercial a la aplicación de la legislación digital en un momento en el que se esperan multas inminentes a Apple y Meta por el incumplimiento del Reglamento de Mercados Digitales (DMA) o a la relajación de las exigencias medioambientales.

Aranceles de la UE que afectarán al 7% de las compras a EEUU

Minerales, maquinaria y electrónica son los bienes que se verán más afectados. El paquete, que alcanzará a alrededor del 7% de las importaciones totales a EEUU, entrará en vigor en tres fases: una primera el 15 de abril, una segunda el 16 de mayo y una tercera el 1 de diciembre (para algunos productos contados, como las almendras o la soja).

El abanico de productos afectados es amplísimo, incluidos los plásticos, que es el único material del 'top 20' que se importa a EEUU que figura en el listado: desde el hilo dental hasta las salchichas; desde el tabaco hasta la ropa interior o de bebé; desde los vaqueros y el maquillaje hasta la mantequilla de cacahuete.

La intención de la Comisión Europea a la hora de seleccionar los productos fue “golpear donde más duele”. Por un lado, se dirigieron a los emblemas de EEUU, como los Levi's, o procedentes de estados de tradición republicana, para castigar a los votantes de Trump. Por ejemplo, la soja se produce fundamentalmente en Luisiana, el estado del ultraconservador Mike Johnson, que preside la Cámara de Representantes. La madera es importante en Alabama, Virginia o Georgia, donde se impuso Trump. La intención, según fuentes comunitarias, es meter “presión al sistema americano”, aunque admiten que se acabará dañando a empresas de estados demócratas también, como California.

Por otro lado, en Bruselas han tratado de evitar el 'autocastigo'. Así, han focalizado los aranceles en productos que pueden tener una alternativa dentro de la propia UE o en terceros países aliados. “Pueden gustarnos las Harley-Davidson, pero tenemos muchas alternativas europeas”, explicaban esas fuentes. También hay un buen mercado en Japón, con las Yamaha. “Nos encanta la soja, pero no nos importa comprarla en Brasil, en Argentina o en cualquier otro lugar”, agregaban.

Sin embargo, la presión ha terminado por excluir del listado inicial productos como los lácteos, y, sobre todo, el vino y el whisky bourbon. La inclusión de esa bebida icónica de Kentucky enfureció a Trump, que amenazó con una tasa del 200% al vino, al champán y demás bebidas alcohólicas de procedencia europea. Y ese era un golpe importante para la industria, que ha denunciado una pérdida semanal de 100 millones de euros por la paralización de los pedidos. Mientras que el senador republicano Rand Paul presionaba sin éxito a su jefe de filas para que detuviera la guerra comercial, Francia e Italia convencieron a Bruselas para dejar fuera el bourbon.

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