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Los Rubiralta, la discreta familia de multimillonarios tras el imperio farmacéutico Werfen

Los Rubiralta, la discreta familia de multimillonarios tras el imperio farmacéutico Werfen

Los hermanos Rubiralta Giralt (Jordi, José Luis, Xavier y Marc) atesoran una de las mayores fortunas de España gracias a la herencia de su padre y de su tío, pero huyen de los focos y de los cenáculos empresariales

Werfen modera su crecimiento y vuelve a ganar 170 millones de euros

En el nuevo distrito financiero de Barcelona, que en realidad está en L’Hospitalet de Llobregat, entre la red de edificios que albergan los cuarteles generales de empresas como Cellnex, Puig o GB Foods y Affinity (propiedad de Agrolimen, el holding de la familia Carulla que tiene marcas como Gallina Blanca o Avecrem, entre otras), sobresale imponente la Torre Werfen.

Werfen es un gigante sanitario. Fabrica instrumentos de diagnóstico médico que se utilizan en hospitales y laboratorios clínicos para distintas áreas, como coagulación, transfusiones, autoinmunidad, trasplantes y cuidados intensivos. Emplea a casi 7.000 personas en todo el mundo, a través de 10 centros productivos, siete de ellos en Estados Unidos.

En 2024 facturó 2.184 millones de euros y ganó 170 millones de euros, gran parte de los cuales irán a engordar el patrimonio de sus cuatro florecientes dueños, los hermanos Rubiralta (Jordi, José Luis, Xavier y Marc), la novena fortuna de España, según el ranking de El Mundo, con un patrimonio de unos 5.365 millones de euros. Un capital tan grande como su discreción.

A diferencia de muchos millonarios catalanes, los Rubiralta no se prodigan en público y evitan la participación en determinados cenáculos empresariales, conscientes de que les aporta poco o nada. La clase opulenta no quiere focos. Y eso vale para las dos ramas de la familia: tanto para los cuatro hermanos Rubiralta Giralt, dueños a partes iguales de Werfen, como para los cuatro hermanos Rubiralta Rubió, que fueron propietarios de otro imperio, la siderúrgica Celsa, primos de los anteriores.

“Eso sí, son trabajadores y de trato humilde, mérito que hay que reconocer a sus padres, ya que no es fácil gestionar ser multimillonario y tener unos hijos decentes”, valora un allegado. Se conoce que son enfermos del esquí (con casa en Baqueira incluida) y que aman las excursiones por la montaña tanto a pie como en bicicleta. Siempre con salida en el encantador pueblo de Viladrau (Barcelona), quintaesencia hace unas décadas del pijerío de la parte alta de Barcelona para veranear y escaparse los fines de semana.

Los orígenes se remontan a los hermanos ya fallecidos Francisco y José María Rubiralta, nativos de Manresa, como el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, y José María Serra, el patriarca del grupo asegurador Catalana Occidente. Los dos hermanos Rubiralta levantaron Celsa en 1967 en Sant Andreu de la Barca (Barcelona), y la convirtieron en un gigante del acero, al calor de distintos apoyos gubernamentales. Desde el proteccionismo de Franco hasta las multimillonarias ayudas tras el ingreso de España a la entonces CEE para achatarrar las instalaciones más anticuadas, de Barcelona hasta el Cantábrico.

En paralelo, en 1966 compraron Izasa, especializada en la distribución de material técnico hospitalario, el embrión de lo que hoy es Werfen. El binomio Celsa-Werfen llegó a erigirse en uno de los mayores grupos industriales de Catalunya hasta 2006. Francisco y José María eran sus copropietarios, el primero se encargaba del acero y el segundo de los equipos sanitarios.

Celsa detona el imperio

Pero en 2006 el imperio se agrietó y ambos hermanos separaron los negocios. La compra de la empresa finlandesa de acero Fundia a finales de 2005 por parte del hijo mayor de Francisco, Francesc Rubiralta Rubió, a espaldas de José María y sin seguir los protocolos familiares que regían el gobierno de ambas empresas, fue el detonante. La traumática ruptura implicó que José María vendiera su parte de Celsa a Francisco y se quedara con el 100% de Werfen y viceversa.

La operación no fue nada fácil, puesto que, aunque Werfen era más rentable, el tamaño y el volumen de ingresos de Celsa era cuatro veces y medio mayor: en aquel momento Celsa facturaba 2.800 millones de euros y Werfen, 600 millones. Según contaron entonces fuentes próximas a los dos hermanos, Francisco habría pagado una cantidad no especificada de dinero a su hermano como compensación y sellar la paz. La relación entre ambas familias jamás ha vuelto a ser igual, según su entorno, y la evolución de los dos negocios tampoco.

Hoy, la fotografía no tiene nada que ver con la de hace 20 años. Los Rubiralta Rubió ya no tienen Celsa, la perdieron en otoño de 2023 por la vía judicial tras librar una dura batalla con sus acreedores. El Juzgado de lo Mercantil Número 2 de Barcelona acordó homologar el plan de reestructuración del grupo siderúrgico presentado por los fondos liderados por Attestor y Deutsche Bank, lo que supuso la toma de control de casi el 100% de las acciones de la empresa catalana.

Francesc Rubiralta se ha exiliado a Nueva Zelanda, pero está citado por el juez el próximo 16 de junio ante la demanda presentada por la nueva propiedad de Celsa, que preside Rafael Villaseca (el exconsejero delegado de Naturgy) por una reclamación de 539 millones de euros en préstamos concedidos a las compañías patrimoniales de la familia Rubiralta, según el nuevo consejo de administración de la siderúrgica.

Werfen, en cambio, es un transatlántico que va como un tiro. Es líder en la fabricación de sistemas de diagnósticos para detectar la coagulación, con una cuota de mercado del 30%, y ocupa el segundo puesto en el resto de las áreas, gracias a su apuesta por la innovación. Invierte cada año entre el 8% y el 9% de las ventas en I+D, 179 millones de euros en 2024.

En pleno crecimiento y reordenación de sus prioridades a favor del diagnóstico especializado, Werfen se enfrenta a un cambio en el liderazgo de la compañía, con el nombramiento de Alejandro Risso como nuevo consejero delegado a partir del próximo 1 de mayo, en sustitución del actual, Carlos Pascual. “Estoy sumamente confiado con los próximos años, Werfen es una empresa excepcional, respaldada por una trayectoria financiera sólida y con un futuro prometedor”, afirma Risso.

Juntos en el consejo y en los negocios

Marc (1983), en la imagen superior, el más pequeño de los cuatro hermanos Rubiralta Giralt, preside la compañía desde 2019. Es más ducho en los negocios que el primogénito, Jordi (1973), que asumió la presidencia a raíz del fallecimiento de su padre en 2012. Pero los cuatro hermanos están en el consejo de administración y participan también en negocios juntos a través del grupo inmobiliario y financiero Monterri Investment. Invierten en fondos y atesoran varios edificios, entre ellos uno en el Paseo de Gràcia de Barcelona y la propia Torre Werfen, en L’Hospitalet.

Pero cada uno también arriesga por su cuenta en empresas de varios sectores, como Jordi, que está al frente del holding Yucon Capital, que ostenta alrededor del 3% de Fluidra y genera suculentas plusvalías comprando y vendiendo inmuebles en las millas de oro de las principales arterias comerciales de España. En 2022 incorporó a su consejo de administración a Jaime Echegoyen, que ocupó la presidencia de Sareb hasta mayo de 2021.

Desde 2015, la familia Rubiralta Giralt está al frente de la Fundación Privada Nous Cims, centrada en proyectos sanitarios y de educación, sobre todo en Senegal. Está presidida por Maria Teresa Giralt, la madre de los cuatro hermanos, de tradicional saga textil. Su cuñada, Isabel Rubió, de la familia de los laboratorios del mismo nombre y madre de los cuatro hermanos Rubiralta Rubió (Francesc, Ignasi, Carola y Anna) está al frente de la fundación Adana, dedicada al tratamiento del déficit de atención de los niños, según explica el periodista de ON Economia, Josep Maria Casas.

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