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El euro sube un 10% frente al dólar y potencia el daño de los aranceles de Trump

El euro sube un 10% frente al dólar y potencia el daño de los aranceles de Trump

La debilidad de la moneda estadounidense desde el inicio del año por la incertidumbre sobre la guerra comercial encarece las exportaciones desde la UE por el efecto del tipo de cambio

La guerra comercial de Trump pilla a la UE con miles de millones comprometidos para la industria y la defensa

“No aceptamos una nueva normalidad. El 10% [de aranceles] que ha impuesto [Estados Unidos] de forma injusta no puede ser una base de la discusión”, señaló este lunes el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de nuestro país, Luis Planas.

Esta “nueva normalidad”, que está pendiente de la moratoria de 90 días para que se convierta en un 20% general y que se eleva ya al 25% para sectores como el del automóvil o el acero, es incluso más cruda por otro factor. En lo que va de 2025, a esa barrera de entrada del 10% que la Administración de Donald Trump impuso la semana pasada hay que sumarle cerca de otro 10% por el efecto del tipo de cambio de las divisas.

La debilidad del dólar, precisamente por la incertidumbre sobre la guerra comercial, encarece las exportaciones desde la Unión Europea (UE) a Estados Unidos y se suma al coste de los aranceles. El euro se aprecia alrededor de ese 10% extra (se puede observar en el gráfico) que se añade a los costes de exportar al otro lado del Atlántico en la moneda 'común'.

Este efecto del tipo de cambio daña adicionalmente esta relación comercial herida de gravedad por las agresivas decisiones de Donald Trump y su equipo. La relación “más importante” de todas, según viene incidiendo el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, quien repite y repite que cada día cruzan el océano 4.400 millones en bienes y servicios (se intercambian). Esta mismo martes, Carlos Cuerpo ha viajado a Estados Unidos para reunirse con su homólogo, el secretario del Tesoro, y con empresas con intereses en España.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, reunido este martes 15 de abril con representantes de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y algunas empresas con intereses en España, en Washington. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, reunido este martes 15 de abril con representantes de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y algunas empresas con intereses en España, en Washington.

“Se puede negociar, negociar y negociar”, incidió Luis Planas, quien muestra la preocupación del sector agroalimentario, uno de los más expuestos en España. Entre las grandes de la UE, nuestra economía es la menos afectada directamente por las represalias comerciales, pero las consecuencias indirectas son inevitables e impredecibles, y la mayoría de los expertos ya lamentan una paralización de las decisiones de inversión de las empresas o, más adelante, cambios de sedes, reestructuraciones... que al final acabarán afectado al mercado laboral y a las familias.

El efecto contrario de la subida del euro se produce en las importaciones de productos o servicios que se comercian en dólares, entre los que destacan el petróleo o el gas. La apreciación de la moneda 'común' abarata estas importaciones energéticas —muy importantes para España—, y también el resto de las que vienen desde Estados Unidos, lo que hace que las perspectivas de inflación en la eurozona se estén moderando en las últimas semanas para el conjunto del año. Actualmente, se sitúan cerca del objetivo teórico de los bancos centrales del 2%.

En el medio y el largo plazo, la teoría económica dice que el tipo de cambio acaba siendo neutral para los negocios. Pero los tiempos son importantes en una guerra comercial, sobre todo ante posturas cambiantes casi de un día para otro. En el corto plazo, las empresas exportadoras cuentan con seguros y coberturas que mitigan el impacto de los movimientos de las divisas en el comercio, y en definitiva en los márgenes de beneficios de las exportaciones. Aunque el coste de estos productos financieros cambia con el mercado y acaban influyendo en la actividad real.

Existen otros fondos de inversión en el mercado de divisas que no operan para ofrecer seguros o coberturas a las empresas que exportan e importan. Son inversores o fondos especuladores, que invierten en los futuros que cotizan sobre el cruce euro/dólar como un activo financiero más, solo buscando rentabilidad. Históricamente, la posición neta de estos especuladores —es decir, la diferencias entre los contratos que apuestan por una apreciación del euro y los que apuestan por una depreciación respecto al dólar— ha sido un guía para conocer la tendencia del euro/dólar. Actualmente, estas apuestas están en máximos del otoño del año pasado a favor de la apreciación de la 'moneda' común.

“La errática política comercial estadounidense y una posición fiscal insostenible no auguran nada bueno para el estatus de refugio seguro del dólar estadounidense y los bonos del Tesoro”, señala el equipo de economistas de la gestora suiza Julius Baer, en una nota distribuida este martes.

En resumen, la hegemonía del dólar como la principal divisa del mundo durante las últimas décadas ha propiciado que “Estados Unidos se haya beneficiado de una cantidad ilimitada de bienes extranjeros baratos, pero a costa de socavar su propia capacidad industrial”, según explica Mark Blyth, experto de la Universidad de Brown, en esta tribuna. “En 1975, los tres mayores empleadores en Estados Unidos eran Exxon, General Motors y Ford; en 2025, los mayores empleadores son Walmart, Amazon y Home Depot. El primer grupo fabricaba bienes comercializables, mientras que las segundas, en general, venden importaciones a nivel nacional”, prosigue.

“Dados estos efectos a largo plazo, figuras destacadas de ambos partidos estadounidenses han llegado a considerar el 'privilegio exorbitante' del dólar como una carga exorbitante. Ambos partidos buscan ”reequilibrar“ la economía estadounidense fomentando la producción nacional, lo que implica un ajuste forzado de los exportadores extranjeros para reducir su demanda de dólares”, continúa este académico.

“¿Por qué no lo dicen abiertamente? Probablemente, porque hablar de 'ser estafados' por otros países es más convincente para la base que los argumentos sobre los detalles de la política comercial. Además, el hecho de que la administración Trump carezca de un plan integral para reequilibrar el orden global no significa que dicha reorganización no esté ya en marcha”, reflexiona.

Otro mercado (en el último gráfico de esta información) donde se puede detectar todos estos movimientos de tierras es el de deuda. Las ventas de bonos a 10 años de Estados Unidos han elevado la rentabilidad que ofrecen a los inversores. Otra muestra de la incertidumbre que inunda la economía de la primera potencial mundial.

Los argumentos de la Casa Blanca

La semana pasada, Steve Miran, presidente del Consejo de Asesores Económicos (CEA, por sus siglas en inglés) de la Casa Blanca, expuso en un discurso que la potencia norteamericana provee “bienes públicos globales” al resto del mundo, como la seguridad o como activos refugios como el dólar y los bonos de su deuda pública. En otras palabras, el principal asesor económico de Trump señala que Estados Unidos “ha creado la mayor era de paz jamás conocida por la humanidad” y destaca que “ha hecho posible el sistema comercial y financiero global que ha respaldado la mayor era de prosperidad jamás conocida por la humanidad”.

Con esta rotundidad, y si no se cuestionan las (cuestionables) afirmaciones sobre “la paz” y “la prosperidad”, cualquiera podría entender que la primera potencia mundial merece cobrarse tales esfuerzos. “Ambos son costosos de proporcionar”, añade Steve Miran, quien, antes de ser puesto al frente del CEA por el nuevo presidente de Estados Unidos, se dedicaba a gestionar fondos de inversión. Es decir, a especular en los mercados financieros.

“En el ámbito financiero, la función de reserva del dólar ha causado distorsiones monetarias persistentes y ha contribuido, junto con las barreras comerciales injustas de otros países, a déficits comerciales insostenibles. Estos déficits comerciales [el mundo le vende mucho más de lo que le compra a Estados Unidos] han diezmado nuestro sector manufacturero y a muchas familias de la clase trabajadora y sus comunidades, facilitando el comercio entre personas no estadounidenses”, destaca.

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