Los 27 consideran que ahora sí hay "dos para tango" en la mesa de negociación tras la última llamada del comisario de Comercio con su homólogo estadounidense, que llega después de semanas de zozobra
La UE analiza los acuerdos de Trump con China y Reino Unido por los aranceles, ¿y si estar a la cola en la negociación no es tan malo?
Tras semanas de zozobra y falta de señales por parte de sus interlocutores en Washington, la UE empieza a ver avances en las negociaciones con la Administración de Donald Trump para rebajar los términos de la guerra comercial.
El comisario eslovaco aseguró que había estado intercambiando mensajes con sus interlocutores –también el representante comercial Jamieson Greer– “justo antes” de reunirse con los ministros de Comercio de la UE para ponerles al día. Sefcovic calificó de “constructiva” la conversación que mantuvo con Lutnick y apuntó a “áreas potenciales que podrían empezar a tomar forma”.
Aunque no fue muy preciso respecto a los detalles que se van perfilando, el progreso no es menor teniendo en cuenta que hace poco menos de una semana el propio Sefcovic reclamaba a EEUU que mostrara “disposición a avanzar en una solución justa”. Ahora se ha mostrado convencido de que pueden tener “resultados” respecto al combate contra las “sobrecapacidades” de China, especialmente en sectores como el acero, que ahoga a las industrias a los dos lados del Atlántico; en la reducción de las “dependencias”, así como en la “cooperación en tecnologías sensibles” o el desarrllo de la inteligencia artificial. “Son las áreas clave en las que estamos trabajando”, ha expuesto Sefcovic tras la reunión con los ministros de los 27.
También ha explicado que Lutnick “está muy interesado” en los denominados 'Big five': el sector de la automoción, el farmacéutico, los metales como el acero o el aluminio, la madera y los semiconductores. Son ámbitos básicos para el desarrollo de la industria estadounidense y ahí ha reconocido el comisario que comprende a la Administración Trump: “Nosotros queremos reindustrializar Europa y tenemos los mismos desafíos”.
“No es un secreto que para EEUU el principal asunto es el déficit en bienes y quieren ver cómo esto se podría atender en las conversaciones”, ha dicho Sefcovic sobre los cerca de 50.000 millones que la UE exporta más en comparación con lo que compra a EEUU en lo que a bienes se refiere. Para solucionar ese problema, la Comisión Europea ha ofrecido aumentar las importaciones, por ejemplo, incrementando las compras de gas. “Nosotros tenemos déficit en servicios y deberíamos mirarlo desde los dos ángulos” ha agregado el comisario.
La UE asume que habrá arancelesLo que dan por hecho en el bloque comunitario es que al menos una parte de los aranceles con los que Trump ha castigado a la UE ha llegado para quedarse. De hecho, el 25% al acero, el aluminio y los coches se está aplicando, al igual que un 10% del denominado 'arancel recíproco' mientras que la UE pausó toda la respuesta para dar una oportunidad a las negociaciones.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha sido uno de los que ha asumido públicamente que Trump mantendrá aranceles generalizados para aumentar la recaudación: “Veremos cuál es ese arancel, pero, en cualquier caso, no podemos solamente aislar un elemento, tenemos que ver cómo se equilibra el acuerdo final y espero que sea un acuerdo balanceado y justo”.
Esa situación explica que la UE se esté preparando ya para una nueva fase de la relación con su primer socio comercial al plantear una serie de medidas de “reequilibrio” que pretenden activar en caso de que no haya acuerdo para garantizar las mismas condiciones en el terreno de juego. Por el momento, la Comisión Europea ha preparado un listado de miles de productos por un importe de 95.000 millones de euros que los 27 y las industrias tendrán que analizar para ir perfilando la posible reacción a un fracaso en las negociaciones.
Rechazo a los términos acordados por LondresEn la UE ven, no obstante, con buenos ojos el cambio de actitud de Trump respecto a los acuerdos que está alcanzando con Reino Unido e incluso China, pese a la espiral arancelaria en la que cayó con Xi Jinping hace unas semanas. El ministro polaco lo ha definido como “desescalada” por parte de EEUU. Y, en esa nueva postura más abierta, la UE se había quedado por ahora a la zaga.
Sin embargo, ir a la cola en las negociaciones con la Casa Blanca puede tener ventajas. Una de ellas es ver lo que otros están acordando y, en su caso, determinar qué es lo que no se quiere acordar. Y ahí los ministros lo han dejado claro: no están dispuestos a tragar como consideran que lo ha hecho el británico Keir Starmer, que fue el primero en lograr enterrar el hacha de guerra, pero manteniendo el arancel universal del 10% a las exportaciones hacia EEUU y abriendo el mercado de Reino Unido a la carne de vacuno y los productos agrícolas estadounidenses, pese a las dudas sobre su calidad.
“Si el acuerdo EEUU-Reino Unido es lo que Europa consigue, entonces EEUU puede esperar contramedidas por nuestra parte. No estaríamos felices con ese acuerdo”, ha sentenciado el ministro sueco de Comercio, Benjamin Dousa. Él ha abierto el fuego, pero también el polaco ha seguido el juego. “No estamos ahí, estamos en medio de las negociaciones”, ha dicho en referencia a la imposición de aranceles si los términos fueran similares a los de Reino Unido, “pero en la mesa del Consejo consideramos que somos demasiado grandes y demasiado importantes como UE como para tener un acuerdo que sea desequilibrado”.
“Creo que podemos tener un acuerdo mejor que mantener aranceles bastante elevados. No es algo que satisfaría a la UE. Esperaría un acuerdo mejor que cualquier de los acuerdos que EEUU está ahora negociando”, agregó Baranowski. “Queremos un acuerdo que sea mucho más ambicioso que algunos de los que hemos visto hasta ahora. El 10% no puede convertirse en la nueva norma”, señaló en la misma dirección el jefe de la diplomacia irlandesa, Simon Harris.
Con esos mimbres, la Comisión Europea tiene que seguir limando asperezas con Trump, quien llegó a decir que la UE es más “despreciable” en términos comerciales que China. “Lo importante es que el resultado sea justo y equilibrado”, dijo Sefcovic, que espera verse con sus interlocutores en las próximas semanas para acelerar unas negociaciones que en la UE confían que alcancen la velocidad de crucero pronto, aunque reconocen que nada volverá a ser como antes.