Filántropo, intelectual, y un firme crítico del totalitarismo. George Soros es todo eso. A sus 92 años, no ha perdido capacidad de generar titulares, como demuestra su decisión de ceder el control de su multimillonaria Open Society Foundations a su hijo Alex, en contra de la promesa que había hecho de no pasar la fundación a ninguno de sus hijos.
Ha pasado mucho desde sus años como inversor en activo. Un tiempo en el que Soros se ha ocupado de invertir la fortuna amasada en sus principales áreas de interés: apoyando a los derechos humanos y el fortalecimiento de los sistemas democráticos.
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