Con una pesca cada día más escasa y el turismo paralizado por completo por la pandemia del coronavirus, la comunidad afrodescendiente de La Boquilla, aledaña a Cartagena de Indias, teme morir primero de hambre que de COVID-19.
"Lo que hemos pescado no alcanza ni para pagar la gasolina de la lancha", explica a Efe Martín después de seis horas de trabajo en la que ni él ni sus compañeros han podido siquiera desayunar.
El pescador, que aprendió ese oficio de su padre pero que por necesidad ha tenido que dedicarse también a la albañilería, contó que no solo el trabajo está malo sino que las autoridades no les permiten faenar en la zona turística de Bocagrande, donde "se coge más pescado".
Leer más: Pescadores del Caribe colombiano temen morir primero de hambre que de COVID-19