Venderlo "en partes", intercambiarlo por ambulancias y hasta rifarlo son algunas de las cinco opciones que anunció este viernes el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para deshacerse de una vez por todas del polémico avión presidencial heredado de sus predecesores.
"No es fácil esto porque si el presidente no lo va a usar pues qué empresa usa un avión así. La verdad que fue un exceso esto. Esto no debió hacerse. No debieron comprar este avión, ya ni los más ricos del mundo y extravagantes, ya no tienen estos aviones", argumentó el mandatario en su conferencia matutina.
La única condición es obtener el equivalente a 130 millones de dólares que la ONU determinó como valor de la aeronave, un Boeing 787, que López Obrador puso en venta, sin éxito hasta ahora, desde el primer mes de su gestión.
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