El Ejecutivo laborista muestra imágenes de detenciones y deportaciones y presume del récord de arrestos de indocumentados en enero mientras sube el apoyo de Nigel Farage a costa del Partido Conservador
Cinco años de Brexit, el pinchazo que ha hundido poco a poco al Reino Unido en medio de la decepción popular
Mientras la economía británica apenas crece y sufre precios altos y la extrema derecha de Nigel Farage gana apoyos, el Gobierno de Keir Starmer intenta ahora exhibir sus políticas contra la inmigración.
En el día en que el Parlamento empezó el debate de una nueva legislación que dará más poderes a los agentes de frontera, la ministra del Interior, Yvette Cooper, anunció que participará esta semana en una redada en busca de trabajadores indocumentados. El Gobierno laborista ya ha aumentado las inspecciones en restaurantes, salones de belleza, estancos y otros centros de trabajo, y los arrestos han subido un 38% en los siete meses que lleva en el poder comparados con el año anterior. Este lunes el Gobierno también presumía de un enero con más registros y detenciones (más de 600) que el de 2024, cuando los conservadores de Rishi Sunak estaban en el poder.
La ministra Cooper subrayó la relación entre el trabajo sin documentos y las malas condiciones de alojamiento y “horas inhumanas de trabajo” con “poco o nada de sueldo” en un sistema que atrae, según ella, los cruces de pateras por el canal de la Mancha y “resulta en el abuso de personas vulnerables, del sistema migratorio y de la economía”.
Para desanimar las llegadas, una campaña oficial de anuncios difundidos en redes sociales en Albania y Vietnam cuenta las historias personales de migrantes explotados por redes de traficantes y atraídos al Reino Unido con falsas promesas de empleo y vivienda.
Para consumo doméstico, el Partido Laborista también ha difundido anuncios presumiendo de las deportaciones de migrantes en Facebook sin su logo y utilizando el color turquesa de Reform, el partido de Farage.
El Gobierno compartió este lunes imágenes de arrestos y deportaciones de personas migrantes y sus empleadores, con fotografías y vídeos donde las caras y las siluetas de los detenidos aparecen difuminadas.
![Imagen de una redada en un taller de lavado de coches en Londres difundida por el Ministerio del Interior del Reino Unido.](https://londrestv.com/images/obgrabber/2025-02/2e1670e37c.jpeg)
La obsesión de la ministra de Interior y de los diputados en zonas más vulnerables al avance de la extrema derecha es mostrar lo que hace el Gobierno laborista contra la migración ilegal siguiendo el modelo de Donald Trump centrado en la escenificación.
“Es algo que se le da muy bien al equipo de Trump”, le dijo una fuente del Gobierno al periódicoThe Sunday Times de Londres. “Nos damos cuenta de la necesidad de 'enseñar en lugar de decir' lo que se está haciendo para luchar contra la inmigración ilegal”. Starmer, según el mismo diario, se quejó en una reunión con sus ministros el viernes de que los progresistas de su partido no se tomaban en serio la importancia de “escuchar a la gente” sobre los efectos de la inmigración y no se daban cuenta del “efecto de la globalización” para algunas comunidades desfavorecidas.
Según los datos publicados este lunes, el Gobierno laborista ha conseguido deportar inmigrantes indocumentados a países de Europa, África, Asia y Sudamérica al ritmo más rápido en cinco años: más de 19.000. También presumió de “los cuatro mayores vuelos chárter de retorno en la historia del Reino Unido, con más de 850 personas a bordo”. En ellos viajaban, según la descripción del Gobierno, extranjeros que habían cometido delitos, inmigrantes que no tenían el derecho de residir o trabajar en el país y peticionarios de asilo cuya solicitud había sido rechazada.
Desde que Starmer llegó al poder en julio, las personas migrantes que cruzan el canal de la Mancha, una de las principales preocupaciones del debate público y una de las rutas más peligrosas, superan las 23.000. En 2024, en total se registraron casi 37.000 llegadas; el pico, de más de 45.000, fue en 2022.
Los países de origen más frecuentes de estas personas desde 2021 son Afganistán, Sudán, Eritrea, Irán y Siria, según destaca la organización no gubernamental Consejo de Refugiados, cuyo director se queja de la política de Starmer. “El Gobierno parece estar adoptando el mismo diagnóstico equivocado que el Gobierno conservador previo difundía con tanta soltura -- que demasiadas personas que cruzan el canal son delincuentes o migrantes económicos de los que hay deshacerse”, escribe Enver Solomon.
El efecto del BrexitLas llegadas de refugiados son menores en comparación con otros países europeos: el Reino Unido está por detrás de Alemania, España, Francia e Italia. Parte del problema británico es la burocracia para procesar las solicitudes: más de 130.000 personas esperaban una primera decisión sobre su caso en septiembre de 2024, según los datos disponibles más recientes.
Los partidos políticos y la mayoría de los diarios están enfocados en el debate, una de las semillas del Brexit, presentado como una oportunidad para controlar más las fronteras y, en teoría, limitar los extranjeros residentes en el país.
Desde la salida del Reino Unido de la UE, la inmigración ha aumentado, en particular por el flujo de trabajadores y estudiantes de fuera de la Unión, que han bajado por las nuevas trabas. Aun así, la economía británica adolece de falta de personal en sectores clave como la salud, el transporte y la agricultura por los obstáculos para la contratación más flexible, rápida y cercana de ciudadanos de la UE.
Starmer llegó al poder con la promesa de reducir la migración neta (la diferencia entre las personas que llegan y las que se van), pero también de acabar con las medidas del antiguo Gobierno conservador. En particular, nada más llegar, Starmer suspendió el acuerdo para deportar a migrantes indocumentados a Ruanda que había costado millones de libras, una batalla en los tribunales británicos y hasta la amenaza de salirse del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que el Reino Unido ayudó a fundar. En la legislación presentada este lunes, por ejemplo, también se elimina la prohibición de pedir asilo si un refugiado ha llegado al país sin hacer los trámites legales, que aprobó el anterior Gobierno conservador.
A la vez, Starmer ha mantenido algunas de las medidas de Sunak, como la exigencia de más requisitos económicos para la contratación de cualquier trabajador sanitario extranjero.
![El primer ministro británico, Keir Starmer, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en Roma el 16 de septiembre de 2024.](https://londrestv.com/images/obgrabber/2025-02/0d154dbe91.jpeg)
Una de las primeras visitas de Starmer como primer ministro fue a Roma en septiembre para hablar con Giorgia Meloni. Le interesaba el plan de la primera ministra italiana para enviar a migrantes a Albania y que, desde entonces, ha sido rechazado por la justicia italiana varias veces.
Además, el Gobierno británico se resiste a un acuerdo de movilidad propuesto por la Comisión Europea que permita a los jóvenes europeos obtener visados de estudios y trabajo más fácilmente por miedo a que se perciba entre la minoría pro-Brexit como una vuelta a la libertad de movimiento de la UE.
Avance de la extrema derechaStarmer siente la presión de su propio partido, donde una parte quiere que sea más contundente con la inmigración. Una facción del laborismo, más cercana a los sindicatos, siempre se ha inclinado a limitar la presencia de trabajadores extranjeros, y algunos diputados en zonas más disputadas temen el avance de la extrema derecha con esa bandera. Una cuarentena de diputados laboristas, muchos representantes de zonas empobrecidas, pidió la semana pasada a Starmer que publique más datos de deportaciones. Algunos incluso sugieren que el Reino Unido adopte un sistema de identificación nacional -ahora no existe un DNI- para distinguir más fácilmente a personas indocumentadas.
Nigel Farage, que hasta las elecciones del pasado 4 de julio nunca había conseguido tener un escaño en el Parlamento británico, cosecha ahora apoyos para Reform UK (antes llamado Partido del Brexit) con la ayuda del multimillonario Elon Musk, que incluso ha sugerido financiarlo.
Gran parte de su éxito se debe al retroceso del Partido Conservador, que, después del peor resultado de su historia en las elecciones de julio, sigue perdiendo terreno.
La mayoría de las encuestas muestra ahora un empate en intención de voto a tres entre los laboristas, los conservadores y la extrema derecha, pero un sondeo de YouGov de hace unos días mostraba a Reform en cabeza, aunque fuera dentro del margen de error. En todo caso, las encuestadoras reflejan para el partido de Farage un nivel de apoyo entorno al 25% que nunca había tenido antes de una forma sostenida. Las elecciones generales no están previstas hasta 2029, pero la extrema derecha tiene un primer examen de sus fuerzas en las elecciones locales de este mayo.
Pese al ascenso en el apoyo a Farage, el número de personas que no contestan es alto y es difícil calibrar el respaldo real cuando la perspectiva de unas elecciones generales queda tan lejos. YouGov publicó este lunes otra encuesta en la que daba a elegir a los potenciales votantes entre Starmer y los líderes de los partidos de la oposición: en cada duelo, ganaba Starmer a cualquier de los demás por 10 puntos o más. El mejor resultado de Farage era contra Kemi Badenoch, la actual líder del Partido Conservador, y aun así era un empate.
Badenoch ha intentado recuperar terreno con propuestas más duras sobre la inmigración legal, como alargar de cinco a diez años el tiempo que tiene que pasar un extranjero en Reino Unido para poder pedir la ciudadanía o negar la residencia a quienes no sean contribuyentes “netos” a las arcas públicas.
Who do Britons think would make the best prime minister? Keir Starmer vs Kemi Badenoch: Starmer +11 Keir Starmer vs Nigel Farage: Starmer +10 Keir Starmer vs Ed Davey: Starmer +8 Kemi Badenoch vs Nigel Farage: Tie Kemi Badenoch vs Ed Davey: Davey +9 Nigel Farage vs Ed Davey: Davey +5[image or embed]
— YouGov (@yougov.co.uk) 10 de febrero de 2025, 11:02Rob Ford, politólogo de la Universidad de Manchester, explica que aunque entiende la preocupación de Starmer por la pérdida de apoyo entre los laboristas de clase trabajadora más conservadores, con sus movimientos se arriesga a alienar la base de votantes progresista y europeísta también clave y que ya está decepcionada.
“Una reacción instintiva a Reform también malgasta una de las grandes ventajas de gobernar: marcar la agenda”, escribe Ford en el diario The Guardian. “Los laboristas ganaron el verano pasado como un foco implacable en asuntos que mantenían unida a una amplia coalición – el crecimiento, los servicios públicos y el coste de la vida. Enfocarse en cambio en asuntos que dividen al laborismo y juegan a favor de las fortalezas de Farage no es una gran estrategia”.