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El bastión rojo del este de Berlín donde la izquierda intenta frenar el avance ultra: "Estamos luchando por cada voto"

El bastión rojo del este de Berlín donde la izquierda intenta frenar el avance ultra:

El distrito berlinés de Lichtenberg es escenario de una ajustada batalla entre las candidatas de la ultraderechista Alternativa para Alemania y el partido de izquierdas Die Linke en las elecciones del próximo domingo

Neukölln, el barrio multicultural de Berlín que teme el auge de la ultraderecha: “Alemania se derrumbaría sin migrantes”

Pancarta en mano, Jochen recorre las calles principales de Lichtenberg, en el este de Berlín, junto a sus compañeros, Ilon y Matu.

Vienen del barrio de al lado, Friedrichshain, porque es aquí donde está su objetivo: encontrar los carteles electorales de Alternativa para Alemania (AfD), el partido ultraderechista que puede ser segunda fuerza en los comicios federales, según pronostican las encuestas. Al toparse con uno de los pósters del característico color azul, se detienen y acercan su pequeña pancarta. En ella, en letras blancas y grandes sobre un fondo negro y rojo, se puede leer: ‘Fck AfD [a la mierda AfD]’. Clic, foto, publicación en redes sociales.

“En Friedrichshain no hay carteles de AfD, venimos aquí porque está más dividido”, dice Matu, que lleva un puñado de pegatinas multicolor en la mano. Los tres lo hacen por su cuenta, poniendo su granito de arena para intentar contener el avance de la formación de derecha radical. Esos carteles que persiguen anticipan la dura batalla que está por venir el próximo domingo en este distrito berlinés, un bastión tradicional de la izquierda en el que, ahora, la ultraderecha pisa con fuerza, como ha ocurrido en otros territorios del antiguo este comunista de Alemania.

Jochen hace una foto a la pancarta Jochen hace una foto a la pancarta 'fck AfD', sostenida por Ilon, sobre el cartel de la candidata ultraderechista en Lichtenberg.

Lichtenberg es, quizás, la más impredecible de las 12 circunscripciones electorales en las que se divide la capital alemana. Las candidatas de AfD y del partido de izquierdas Die Linke compiten cara a cara, y la balanza puede inclinarse para la primera. A poca distancia está el aspirante de la fuerza favorita en las elecciones a nivel nacional, la conservadora CDU, según las encuestas. También es uno de los cuatro distritos berlineses en los que la rojiparda Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), que se autodenomina de izquierda conservadora, ha presentado a un candidato –aunque el rostro que aparece en la propaganda electoral es el de la líder que da nombre a la BSW–. Esta última formación atrae a votantes tanto de AfD como de Die Linke –partido del que se escindió–, pero parece estar perdiendo fuelle en los sondeos de intención de voto.

Bastión rojo

La izquierda poscomunista –primero como el Partido del Socialismo Demócrático (PDS) y después como Die Linke– ha dominado este distrito durante los últimos casi 30 años, desde la reunificación. La exdiputada Gesine Lötzsch logró seis veces el mandato directo para el Bundestag en el primer voto, mediante el cual los alemanes eligen a un representante local. En 2021, fue su escaño directo, junto a otros dos más, el que permitió a Die Linke salvarse del abismo y entrar en el Parlamento, pese a haberse quedado por debajo del umbral necesario del 5% de los votos. 

La nueva candidata de Die Linke en Lichtenberg es la colíder del partido, Ines Schwerdtner. La circunscripción sigue siendo clave para el partido de izquierdas si no supera la barrera del 5%, aunque los sondeos apuntan a un resurgimiento de la formación, con en torno al 7% en intención de voto. Paralelamente, el número de afiliados a Die Linke ha aumentado hasta alcanzar el nivel más alto desde 2009, los años de la crisis financiera.

Schwerdtner quiere repetir la hazaña de su antecesora en Lichtenberg y evitar que este bastión berlinés caiga en manos de la ultraderecha xenófoba y antinmigración. El partido ha organizado varias acciones en la zona, entre ellas una campaña puerta a puerta. Solo el sábado acudieron más de 400 simpatizantes a echar una mano, según explicó la sección local de Die Linke. En un vídeo, se ve a decenas de personas coreando: “¡Lichtenberg se queda rojo!”.

“La lucha está muy reñida, pero soy optimista. Hemos llamado a más de 60.000 puertas en el distrito, luchando por cada voto”, dice la líder de Die Linke a elDiario.es.

La colíder de Die Linke, Ines Schwerdtner, se presenta como candidata del partido de izquierdas en Lichtenberg. La colíder de Die Linke, Ines Schwerdtner, se presenta como candidata del partido de izquierdas en Lichtenberg.

“Lichtenberg ha sido un distrito de izquierdas desde casi siempre. Pero especialmente la gente del este de Alemania se siente aislada de la esfera política y busca ‘alternativas’ como AfD. Lo que tenemos que hacer es llevárnoslo de nuevo, centrándonos en los alquileres, la crisis del coste de la vida y las negociaciones de paz en la guerra de Ucrania. Esto es lo que preocupa a la mayoría de la gente y lo que tenemos que abordar”, agrega la candidata de izquierdas, que hasta 2023 fue redactora jefa de la revista de izquierdas Jacobin.

Pero reeditar la victoria está lejos de ser una tarea fácil. “El éxito de la candidata Gesine Lötzsch fue el resultado de diferentes actividades sociales y culturales acordes con la comprensión de sí misma como representante del pueblo, cuyo afán es preocuparse por él”, dice a elDiario.es Gero Neugebauer, politólogo experto en Die Linke. “Y ahora, la candidata con mejores posibilidades de ganar esta circunscripción es la de AfD”.

Esa candidata no es ni más ni menos que la ultraconservadora Beatrix von Storch, una de las caras más conocidas del partido. Descendiente de nobles y nieta de un ministro nazi, Von Storch ha movilizado a sus seguidores contra la construcción de nuevos centros para acoger a personas refugiadas en el distrito, con la consigna “alto al hotel asilo”. El fin de semana pasado, protagonizó un acto de AfD en el mercado asiático Dong-Xuan Center para competir por los votos de los vecinos vietnamitas con nacionalidad alemana. El evento fue respondido con protestas en la calle por decenas de jóvenes, muchos de ellos de ascendencia del país asiático.

Carteles electorales en Lichtenberg. Bajo el de AfD, en uno puede leerse: Carteles electorales en Lichtenberg. Bajo el de AfD, en uno puede leerse: "Votar a la derecha es cosa de 1933".

La fuerza ultraderechista se impuso en las pasadas elecciones europeas en Lichtenberg y tiene opciones de quedarse con este distrito en las elecciones del domingo 23. “Esto se debe al cambio de antiguos votantes de izquierdas a AfD, así como a la creciente hostilidad hacia los inmigrantes por parte de personas de clase media baja y baja que no están seguras de su futuro o temen perder su estatus social, y los perciben a menudo como personas que se benefician del Estado del bienestar. Otros acusan a los demás partidos de no haber cumplido sus promesas de crear empleo, evitar la subida de los alquileres y los precios o mejorar la seguridad”, señala Neugebauer.

“Espero que hayamos aprendido de la historia”

Stanislav lleva más de cinco años en Lichtenberg. Aún no sabe a qué partido va a votar, pero tiene claro que no va a marcar la casilla de la ultraderecha en la papeleta. “Muchos de mis amigos van a votar a AfD, aunque muchos vienen de Kazajstán o Rusia. Les condicionan mucho los vídeos que ven en las redes sociales sobre los migrantes”, explica el joven de 28 años. “Tampoco tienen una solución para la economía. No es la elección correcta para Alemania, espero que hayamos aprendido algo de la historia”, agrega el hombre, que vende seguros como autónomo y está formándose en el mercado inmobiliario.

Stanislav, vecino de Lichtenberg, asegura aún no haber decidido su voto para estas elecciones. Stanislav, vecino de Lichtenberg, asegura aún no haber decidido su voto para estas elecciones.

Entre risas, Stanislav confiesa que ha tenido que recurrir a una app para comprobar qué formación política le va más en estas elecciones. “No me he decidido todavía”, dice. “Hay muchas cosas en las que no estoy de acuerdo con Scholz, pero no todo ha sido culpa suya, así que quizás merece una segunda oportunidad. Dudo entre el SPD [del canciller Olaf Scholz] y la CDU”. Está lejos de ser el único: varios entrevistados por elDiario.es afirman estar aún indecisos respecto a su voto.

A unos metros de la Frankfurter Allee, una de las calles más antiguas de Berlín, una mujer que prefiere no revelar su nombre se limita a decir que cree que la situación es “muy peligrosa y hay mucho en juego”. “Me preocupa que pueda haber una guerra con Rusia y me gustaría que no hubiera más coches”, afirma la vecina de Lichtenberg, que baraja votar a Die Linke, a los socialdemócratas o a Los Verdes, según indica. 

También está dudoso Karsten, de 42 años. Asegura que sintoniza con la izquierda, pero aún tiene que pensárselo. No oculta cierto descontento. “Uno ve el giro a la derecha en toda Europa, y aquí se machacan unos y otros, nadie viene con soluciones”, señala. Por su parte, Muniqe, una joven de 26 años que anda buscando trabajo en estos momentos, ya ha votado por correo. Se ha decantado por el Partido Socialdemócrata (SPD) porque, afirma, “está a favor de Ucrania, donde la gente está sufriendo por la guerra”. 

Muniqe, vecina de Lichtenberg, ya ha votado por correo. Muniqe, vecina de Lichtenberg, ya ha votado por correo.

Frente a ella, las fachadas de dos enormes edificios blancos están unidas por un arco iris. Las huellas del pasado siguen presentes en Lichtenberg, un barrio mayoritariamente residencial en el que abunda la arquitectura de estilo soviético y los extensos complejos de viviendas que caracterizaron este lado del muro.

“Durante la época de la República Democrática Alemana (RDA), este distrito había sido el ‘hogar’ del Ministerio de Seguridad del Estado y muchos empleados vivían allí en casas bastante nuevas, en una especie de vivienda barata. Como desempleados, a menudo empezaban nuevas carreras si no conseguían trabajo en la administración estatal antes de la unificación de Berlín en 1990. Tras la fundación del Partido del Socialismo Democrático como sucesor del antiguo partido gobernante, el SED (Partido Socialista Unificado de Alemania), muchos de ellos votaron al PSD porque el partido prometió velar por sus intereses durante el proceso de unificación”, explica Gero Neugebauer. “Los antiguos habitantes abandonaron sus distritos, mientras que, por ejemplo, los estudiantes se convirtieron en inquilinos, la base económica cambió y se hizo más grande. No hay que olvidar que unos 10.000 vietnamitas que habían sido contratados en la época de la RDA siguieron viviendo allí”.

Reunión de los candidatos locales en un centro cívico de Lichtnenberg. Reunión de los candidatos locales en un centro cívico de Lichtnenberg.

Durante una visita de elDiario.es a Lichtnenberg, hay poco rastro de votantes que reconocen abiertamente su apoyo a AfD. Muchas personas pasan de largo y prefieren no hablar de las elecciones.

Al final del día, los candidatos locales de los partidos se reúnen en un centro cívico en el extremo norte del distrito. Están todos representados, menos la ultraderecha, que no ha sido invitada. Decenas de vecinos han acudido a escuchar el debate, entre ellos Annegret, militante de Die Linke, partido para el que trabajó a jornada completa. Ahora, ya jubilada, a sus 67 años, hace campaña en la calle soportando temperaturas gélidas. “¡Hace mucho frío para las elecciones! Simplemente, te congelas”, bromea. 

Annegret, vecina de Lichtenberg, es militante de Die Linke. Annegret, vecina de Lichtenberg, es militante de Die Linke.

La mujer, votante de izquierdas de toda la vida, cuenta que hace no mucho hizo campaña en la parte antigua del barrio y allí la respuesta fue “muy positiva”, con muchos jóvenes interesados. En cambio, asegura, susurrando, que AfD es más fuerte en la zona en la que se ubica el centro cívico. “Es muy complejo. Aquí vive mucha gente que se ha quedado un poco atrás. El desempleo es alto. Los alquileres están todavía relativamente bajos, así que muchas personas se han venido aquí a vivir. AfD se aprovecha del sentimiento de descontento, llevará tiempo recuperar la confianza. Mucha gente también dice que no importa a quién votes, porque todos hacen lo mismo”, explica. 

En estos momentos, a Annegret no le preocupa tanto que la izquierda no logre entrar en el próximo Bundestag. “El estado de ánimo ha cambiado por completo en las últimas semanas, hemos subido en las encuestas”, afirma. “Nuestro desafío aquí es que AfD haya presentado a la señora Von Storch, una fascista que dice que hay que cerrar las fronteras y, si se tercia, disparar a niños. Ese es el precio”.

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