El presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha informado a través de sus redes sociales de esta convocatoria. "Estamos viviendo un momento decisivo para Ucrania y la seguridad europea"
Zelenski dice que está dispuesto a dimitir a cambio de que Ucrania entre en la OTAN
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha avanzado este domingo la convocatoria de un Consejo Europeo extraordinario este 6 de marzo con los líderes europeos para analizar la situación de Ucrania después de las negociaciones entre el presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin.
En los últimos días, Trump ha iniciado una negociación bilateral con Vladímir Putin y ha amenazado con unos “aranceles recíprocos” sobre las exportaciones europeas cuyo valor por ahora es incalculable. Y en medio de esa tormenta perfecta, Europa sigue inmersa en sus divisiones internas sobre cómo afrontar la situación.
En los últimos días la Administración Trump ha sugerido que dejaría de ser el paraguas de seguridad para el Viejo Continente, como lo ha sido en las últimas décadas. Además, ha lanzado acusaciones al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al que ha acusado de ser un “dictador”. Esto ha hecho que la sensación de intranquilidad y urgencia respecto al incremento del gasto militar en Europa se haya multiplicado.
Este domingo, Zelenski ha indicado sin embargo que estaba dispuesto a dimitir a cambio de conseguir que Ucrania entrara en la OTAN y ha pedido una reunión con Donald Trump para solucionar las tensiones de las últimas semanas.
Hasta ahora, la unidad de los aliados ha sido la gran arma con la que Ucrania ha combatido a Vladímir Putin. En gran medida por el milmillonario desembolso en armas y asistencia que ha llegado del otro lado del Atlántico en los tres años de guerra. Sin embargo, la unidad de acción —que hasta ahora ha sufrido pequeños altibajos, muchas veces protagonizados por países pequeños, como Hungría– se ha resquebrajado.
La UE respiró con cierto alivio en los primeros días de Donald Trump en la presidencia, pero apenas un mes después de su toma de posesión las relaciones transatlánticas pasan por su peor momento en décadas.
En el plano comercial, este miércoles se dio un paso con el primer contacto del comisario de Comercio, Maros Sefcovic, con su homólogo estadounidense, Howard Lutnick. En la UE no han descartado que la amenaza se quede en eso, como hasta ahora ha pasado con países como Colombia o México, y que se abra paso a la negociación. Europa se ha abierto a rebajar los aranceles que actualmente impone a los vehículos procedentes de EEUU como forma de calmar a la Administración Trump.
Sefcovic recordó que el déficit en favor de la UE supone un 3% de la mayor relación comercial del mundo. “No es algo que no podamos superar”, dijo el comisario. “Si tenemos que resolver 50.000 millones, podemos hacerlo si nos lo proponemos. Y creo que relativamente rápido. Por lo tanto, pienso que sólo necesitamos seguir hablando y aprovechar el impulso que, espero, hayamos generado”, agregó en una rueda de prensa tras la reunión con Lutnick.
Pero la inquietud se ha multiplicado en la Unión Europea a raíz del giro de 180 grados que Trump le ha dado a la posición sobre Ucrania. Ha llegado a acusar a ese país de ser el culpable del inicio de la guerra y, en concreto, a Volodímir Zelenski de no haber querido negociar en estos 36 meses. El presidente de EEUU llamó “dictador” al ucraniano: “Se niega a convocar elecciones, está muy bajo en las encuestas”.
El ataque, que es directo para quitar de en medio a Zelenski, se produce después de la negativa de su Gobierno a firmar un acuerdo planteado por Washington que supondría tomar el control del 50% de las preciadas tierras raras que tiene el país.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Walz, fue muy explícito el miércoles respecto a esa exigencia: Zelenski debe “bajar el tono” y firmar el acuerdo con EEUU para la explotación de minerales. Más tarde añadió: “el presidente Trump está muy contrariado”. Zelenski entendió el mensaje.
Tras reunirse con el representante especial de la Casa Blanca para la guerra en Ucrania, Keith Kellogg, publicó un mensaje contemporizador en el que dio las gracias por la ayuda estadounidense y se mostró dispuesto a un acuerdo “sólido y eficaz en materia de inversiones y seguridad” con Trump.
Al tiempo que redobla la presión sobre Ucrania, EEUU multiplica los miramientos con Rusia. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo en una entrevista con Bloomberg que las sanciones sobre Rusia se podrían reforzar, pero también relajar, en función de la voluntad de negociación que el Gobierno de Vladímir Putin demuestre en las conversaciones bilaterales. “Es una buena descripción”, contestó cuando se le preguntó por este escenario. De similar modo se expresó posteriormente en una entrevista publicada en X el secretario de Estado, Marco Rubio. “Tenemos que tener relaciones con Rusia, nos guste o no nos guste todo lo que hagan, como las teníamos con la Unión Soviética. Tenemos que poder comprobar si realmente quieren poner fin a la guerra”, apuntó.
Y Trump no está dispuesto a hacerse cargo de la seguridad de Ucrania ni de la de Europa en su conjunto, como dejó claro el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en una reunión del grupo de contacto para Ucrania en la sede de la OTAN en la que, además de rebajar las exigencias de Ucrania respecto a una negociación con Rusia que Trump inició de forma bilateral ese mismo día, apuntó a que Europa debería hacerse cargo de su propia seguridad bajo la premisa de que EEUU debía centrarse en la amenaza de China en el Indopacífico.