El mandatario africano busca evitar la confrontación y centrarse en negociar un fin a las sanciones comerciales pese a la beligerancia del líder estadounidense
Nadie escapa a la guerra comercial de Trump: Sudáfrica, país de Musk y miembro de los BRICS, entre los más afectados
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, se reúne este miércoles con Donald Trump en medio de las tensiones provocadas por el asilo estadounidense a 49 sudafricanos blancos por supuesta “discriminación” frente a la mayoría negra, afirmaciones que Pretoria niega.
Ramaphosa ha llegado a Washington una semana después de que los 49 asilados aterrizaran en Estados Unidos bajo la categoría de “refugiados”, según la nueva administración Trump. El asilo a los afrikáneres —como se conoce a los descendientes de los antiguos colonos neerlandeses— supuso un agravamiento de las ya dañadas relaciones con Sudáfrica y se enmarca en la nueva política respecto a los blancos que ha adoptado el gobierno estadounidense.
El presidente de EEUU dijo durante una rueda de prensa en la Casa Blanca que permitiría a los sudafricanos blancos que llegaran como refugiados debido al “genocidio que está teniendo lugar” en el país y a que están “siendo asesinados”, haciéndose eco de teorías de la conspiración –un tribunal sudafricano desestimó en febrero las acusaciones sobre un supuesto genocidio blanco en el país como “claramente imaginarias” e “irreales”–.
Trump firmó en febrero una orden ejecutiva para reducir la ayuda financiera a Sudáfrica y acusó al gobierno de discriminación racial contra los blancos, a los que ofreció asilo. “Sudáfrica está actuando de forma terrible, especialmente con los agricultores de larga trayectoria en el país. Les están confiscando sus TIERRAS y GRANJAS, y MUCHO PEOR QUE ESO. Es un mal lugar para estar en este momento, y vamos a detener toda la financiación federal. Yendo un paso más allá, cualquier agricultor (¡con su familia!) de Sudáfrica que busque huir de ese país por razones de seguridad será invitado a entrar en los Estados Unidos de América con una vía rápida hacia la ciudadanía”, escribió Trump en Truth Social en marzo.
La confiscación de tierras de la que habla Trump en el mensaje refiere a la ley firmada por el presidente sudafricano que permite la expropiación de tierras con “compensación cero” en circunstancias concretas, para intentar paliar los daños provocados por el apartheid sobre la población negra en Sudáfrica. Las desigualdades en la propiedad de la tierra siguen presentes en la sociedad sudafricana; los blancos representan aproximadamente el 7% de la población y poseen alrededor de tres cuartas partes de los terrenos agrícolas, según una auditoria hecha por el Gobierno en 2017.
A pesar de que el Ejecutivo sudafricano aún no ha llevado a cabo ninguna confiscación, Trump ya redujo la ayuda económica al país y ordenó desarrollar un plan de asilo para los afrikáneres. Las acusaciones de discriminación contra Ramaphosa y su gobierno van en la misma línea que las declaraciones del multimillonario asesor de Trump Elon Musk, quien también es sudafricano y ha acusado al gobierno de su país de racismo contra los blancos. La idea de que en Sudáfrica se está discriminando racialmente a la población blanca es un discurso ampliamente defendido por los grupos de extrema derecha estadounidenses. Según explicaba un funcionario al Washington Post, se esperaba que Musk también participara en el encuentro de este miércoles entre ambos líderes.
Más allá de las implicaciones que tiene considerar a los afrikáners como “refugiados”, Estados Unidos ha estado suspendiendo sus programas para refugiados que huyen de países con situaciones de guerra o regímenes autoritarios como Afganistán, Siria, Irak y Sudán. Muchas organizaciones humanitarias ya han acusado al gabinete de Trump por la distorsión que supone usar la etiqueta de refugiado para los afrikáners.
Antes de llegar a Washington, Ramaphosa apuntó que intentaría evitar el tema de los afrikáneres para centrarse en intentar resolver el impacto de los aranceles estadounidenses. En declaraciones públicas el martes, el presidente sudafricano afirmó que tenía un sentir “positivo” sobre el encuentro con Trump y que quería centrar la reunión en las relaciones comerciales.
“Las relaciones comerciales son lo más importante, eso es lo que nos ha traído aquí. Queremos salir de Estados Unidos con un muy buen acuerdo comercial”, dijo Ramaphosa a los periodistas. “Queremos fortalecer esas relaciones y consolidar unas buenas relaciones entre nuestros dos países”, añadió.
Tras la llegada del primer grupo de sudafricanos a EEUU, Ramaphosa rechazó que los afrikáneres cumplan con los requisitos para ser considerados refugiados y negó que estén siendo perseguidos. “Las personas que han sido persuadidas para ir a los Estados Unidos no se ajustan a la definición de refugiados. Un refugiado es alguien que tiene que abandonar su país por temor a la persecución política, persecución religiosa o persecución económica”, dijo entonces Ramaphosa.