El piso de Rolando Espinoza está lleno de cubos. Usa el agua con la que lava la ropa para fregar los suelos, y después ésta para la cisterna del baño. No tiene otra alternativa que reciclar el agua. Desde hace cuatro años, su principal forma de abastecimiento son los camiones cisterna de 20.000 litros que pagan entre los 27 departamentos de su unidad habitacional en Iztapalapa, una de las zonas más populares de la Ciudad de México y también de las más afectadas por la sequía.