Frente a un espejo en su habitación en Colombo, Sri Lanka, tras apagar el secador y después de maquillarse los ojos con sombra con los trucos que aprendió con tutoriales de YouTube, Susana explica que cuando se jubiló como contable en una empresa de prestigio, guardó el traje y la corbata en un armario y confesó a su esposa que "quería ser mujer".
Esta mujer trans había estado luchando contra su identidad durante casi 70 años, tras una infancia en la que en casa la llamaban "pissu lama" ("niño loco" en cingalés) y dos matrimonios forzados con mujeres, cuando ella "ya quería ser la chica".
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