Dinamarca vivió un día crucial para la campaña de vacunación contra la COVID-19 el último viernes del mes de febrero. Durante ocho horas, todos los centros de vacunación del país se vieron sometidos a un auténtico test de estrés que unos días antes había anunciado la primera ministra Mette Frederiksen como un "experimento a gran escala". El objetivo era comprobar los límites del plan de vacunación del país nórdico, que prevé vacunar a todos los ciudadanos antes del 27 de junio.