En la cocina de Pernille Rask se aprovecha todo y no se tira nada. Cada lunes ella y una decena de voluntarios preparan 30 comidas calientes y una bolsa de frutas y verduras que reparten entre los vecinos más necesitados del municipio de Hørsholm, al norte de la capital danesa.
Las patatas, los pimientos rojos, el pan para hacer picatostes y las salchichas que usan para el menú de hoy, todos ellos en perfecto estado para el consumo, habrían terminado a la basura si no fuera por iniciativas como Mad med Hjertet ("comida con el corazón").
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