La Agencia Tributaria es un mal enemigo. Uno tenaz. Lo sabe como nadie José María Aristrain de la Cruz, la gran fortuna anónima del país y uno de los mayores accionistas de ArcelorMittal. En 2011 fue acusado de defraudar 200 millones de euros al fingir su residencia en Suiza y ocultar sus acciones en Luxemburgo. Aristrain ganó en primera instancia en una dura derrota para Hacienda, pero el Supremo acaba de ordenar a la Audiencia de Madrid que reabra el caso.