Yvonne Geary tiene veinticuatro años y vive con su madre en Dublín, donde regentan una modesta librería. Harta de la presión que ejercen sobre ella su progenitora y su tío, protesta: “¿Puedo por favor vivir mi vida como me dé la gana?”. Podría tratarse de cualquier joven de hoy, de aquí o de allá, solo que Yvonne vive en los años cincuenta, en esa Irlanda católica y gris que tan bien han retratado Edna O'Brien, Frank McCourt y Colm Tóibín.