Despedido por ser gitano. Es la conclusión a la que ha llegado un tribunal de León, que da la razón a Pedro H.R. un trabajador de etnia gitana que empezó a trabajar como camarero en un bar y que denunció a su empleadora por prescindir de él por su origen, asesorado por la Fundación Secretariado Gitano. La magistrada considera probado el "clima hostil que percibía el trabajador por su condición racial", por lo que concluye que el despido es nulo por discriminatorio y reconoce una indemnización por daños al afectado de de 7.501 euros.
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