El intento de asesinato al primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, cuando saludaba a un grupo de ciudadanos tras la reunión del Gobierno ha sacudido a Europa. Un escalofrío recorrió a los dirigentes europeos, que llevan tiempo viendo cómo los niveles de violencia van en aumento por mucho que las medidas contra los discursos de odio se han multiplicado en los últimos años. Y el temor a una escalada o un efecto contagio se ha disparado.