“En la Consejería de Cultura saben que el teatro funciona porque estamos ahí los técnicos todos los días supliendo a Blanca”. Así comienza el relato desesperado de uno de los trabajadores de Teatros del Canal, epicentro de la crisis de libertad de expresión que padece la Comunidad de Madrid, al menos, desde el pasado julio. Entonces la Consejería de Cultura, responsabilidad de Marta Rivera de la Cruz, dio la orden de cancelar la obra Muero porque no muero, de Paco Bezerra, un montaje sobre la figura de santa Teresa de Jesús.