En las últimas semanas se han publicado diversos indicadores sobre la situación económica de los hogares que han servido para construir una narrativa particularmente sombría. Las cuentas macroeconómicas que elabora el INE mostrarían que, en 2022, se produjo una caída importante de la renta disponible de los hogares una vez descontado el efecto de la inflación. Por otro lado, la publicación de las estadísticas tributarias solo ha interesado para certificar que el tipo medio de gravamen ha subido a su máximo histórico, hasta alcanzar el 14% de la renta antes de impuestos.
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