Un castillo al pie del Mediterráneo, un refugio de montaña en la sierra madrileña y un catálogo de hoteles y apartamentos turísticos. Los trabajadores del Banco de España cuentan con un extenso abanico de posibilidades a la hora de planificar sus vacaciones. Y, además, de hacerlo a un precio reducido, ya que el organismo les financia buena parte del gasto de la estancia con dinero público. Se trata de un histórico beneficio del que disfrutan estos funcionarios desde hace décadas y que a día de hoy sigue suponiendo una factura millonaria al presupuesto del supervisor bancario.