Ayer tarde conocimos el fallecimiento de Salce Elvira, militante de las primeras comisiones obreras durante la dictadura franquista, dirigente de la Confederación Sindical en la etapa de consolidación de la democracia en España y comprometida con el sindicato hasta su último suspiro.
Querida Salce, nunca he podido decirte —porque los hombres de mi generación tenían vetado expresar sus sentimientos— lo mucho que te he admirado y respetado como persona y como sindicalista. Digo como persona en primer lugar porque si no hubieras reunido los valores personales que yo he visto en ti, creo que no hubieras sido la gran sindicalista que fuiste.