
El ‘gigante asiático’ empleará “los recursos presupuestarios precisos” para espolear la economía a tasas del 5%. El compromiso de Xi Jinping acarreará en 2025 una factura flexible, entre los 586.000 millones de dólares ya contemplados y 800.000 millones, como colchón financiero para contener las embestidas arancelarias de la Administración Trump
El cambio de rumbo económico de China pasa factura al liderazgo de Xi Jinping
La segunda potencia global acapara gran parte de las incertidumbres inversoras, empresariales y geopolíticas en 2025 que, en cualquiera de los casos, abordan una sombra de duda común: ¿será capaz el gigante asiático de restablecer el ritmo oficial del 5% a su PIB y de consolidar una coyuntura sin una deflación persistente, restricciones crediticias por el apagón del consumo y la oleada de fugas de capitales en 2024 sin hacer descabalgar sus finanzas? O, dicho de otro modo, ¿será suficiente con el calibre que ha concedido a su bazuca fiscal, de unos 586.000 millones de dólares -el valor de la economía irlandesa- o necesitará mayor munición presupuestaria?