La dictadura de Pinochet dejó un rastro de terror desde que comenzara con el golpe de Estado al Gobierno de Allende en 1973 y cayera en 1990 tras el plebiscito convocado dos años antes. El instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile estima que en aquel tiempo más de 38.000 personas fueron torturadas, de las que 3.200 desaparecieron sin dejar rastro. 200.000 personas abandonaron el país por las políticas represivas, las amenazas y el miedo. En aquellos 17 años hubo un punto de inflexión, lo que muchos calificaron como el año decisivo.