El presidente de Ryanair, Michael O'Leary, dijo este martes en Bruselas que el recorte de las condiciones laborales sufrido por los trabajadores de la base que la aerolínea tiene en Gerona, que han accedido a cambiar sus contratos indefinidos por temporales bajo amenaza del cierre de la base si no lo hacían, "no es coacción, sino democracia".
"Nosotros no somos un negocio que paga a la gente por sentarse en su casa a no hacer nada", dijo O'Leary, quien aseguró que tanto el reciente cierre de sus bases en las Islas Canarias como la amenaza de cerrar la de Gerona responde al hecho de que este invierno Ryanair tendrá "menos aviones de lo planeado", por lo que dichas decisiones "simplemente responden a la realidad del trabajo".
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